Piedras Negras y la caravana migrante
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Piedras Negras y la caravana migrante
El domingo pasado llegó a Piedras Negras la caravana migrante con alrededor de mil 500 personas que, sumando las trescientas que ya había en la ciudad, en total hay poco más de mil 800 personas en la frontera norte Coahuila. El gobierno municipal adecuó una maquila sobre el libramiento Manuel Pérez Treviño (uno de los principales en la ciudad) para albergar a las personas. El espacio cuenta con regaderas con agua caliente, servicios sanitarios, internet, talleres para niñas y niños, y tocadas en la noche.
El costo aproximado por migrante es de alrededor de 100 pesos, pensando en tres comidas de 25 pesos (costo bajo) más servicios; en total un aproximado de 200 mil pesos diarios que por el momento son costeados por el municipio. Sin contar el presupuesto destinado para la Policía Federal, el Ejército, los empleados estatales y municipales que están trabajando en administrar, gestionar y entregar dichos servicios.
En otras palabras, no habrá dinero que alcancé para mantener el albergue por el tiempo que se supone que tarda Estados Unidos en realizar el proceso de asilo. Se comentó que se recibirán 12 personas diarias para el trámite; mínimo serían 150 días (sin contar fines de semana o festivos) para que todos alcanzaran, más el tiempo de espera de la decisión, de 6 a 8 meses.
Hagamos un alto para preguntarnos: ¿qué pasa con el migrante mexicano? ¿Qué pasa con todos los demás migrantes que no están en las caravanas? La sociedad organizada.
En el caso de Piedras Negras, que atiende el flujo de migrantes, es la casa del migrante de la Diócesis de Piedras Negras que coordina el padre Pepe, es decir la Iglesia Católica, donde personas de la sociedad apoyan en especie (ropa, comida, etc.) y/o efectivo. Así como otras organizaciones y personas a título personal.
En resumen, atender el tema no era tarea del gobierno municipal o estatal, ni tienen recursos presupuestados para ello.
Por competencia constitucional, en el tema de los migrantes la tarea del gobierno municipal debería ser coadyuvar a las instancias federales. Por lo regular esto incluiría el cuidado en cuanto al tránsito, protección civil y/o facilitar espacios públicos, pero no hacerse cargo de la administración y gestión de los servicios.
Para dar el apoyo debido se requiere de la sociedad civil organizada, de agencias internacionales especializadas y la coordinación del Gobierno Federal para mantener la seguridad y poder brindarles la ayuda humanitaria que necesitan los migrantes.
¿Dónde están los diputados federales de Coahuila, en especial los del norte del Estado, y los senadores? Necesitamos que estén trabajando en puntos de acuerdo y reformas que permitan responder a las nuevas realidades de la frontera en Coahuila y México. Necesitamos protocolos de respuesta, reglamentos de operación y presupuesto etiquetado para atender estas crisis, tal como ocurre en desastres naturales a través del Fonden. No se trata de pasarse la bolita de unos a otros.
Este es el inicio de una crisis que va mucho más allá de una ciudad; a finales del año pasado vimos que llegaron a Tijuana, al ser capital y zona metropolitana tiene mucho más recursos y capacidad de gestión que otras ciudades, y aun así se suscitaron actos de violencia.
Como sociedad debemos exigir a nuestros representantes que hagan su trabajo de buscar y proponer soluciones innovadoras a la altura de los retos de hoy. No se trata de criticar si está bien o mal la presencia de los migrantes, sino de encontrar respuestas que sean plenas para su ejercicio de derechos y no lastimen el desarrollo ni la estabilidad de las ciudades que los albergan.
@garciacecy_