Los intentos del presidente Trump de culpar a los demócratas por una caravana de miles de migrantes centroamericanos que se dirigen a los Estados Unidos han ocultado la creciente preocupación dentro de la Casa Blanca sobre cómo manejar una masa potencialmente sin precedentes en la frontera sur.

Trump y sus ayudantes han convocado reuniones de emergencia de alto nivel en un esfuerzo por organizar una respuesta efectiva para detener al grupo de hombres, mujeres y niños, que se está moviendo lentamente a través de México. El enfoque principal ha sido presionar a las autoridades mexicanas para que dispersen a los migrantes, pero el presidente también ha estado implorando a los ayudantes que desarrollen un plan más contundente para evitar que el grupo entre a los Estados Unidos, dijeron varios funcionarios de la administración con conocimiento de las deliberaciones.

"No tendrán éxito en ingresar ilegalmente a los Estados Unidos sin importar lo que suceda, en cualquier circunstancia", dijo a la prensa el secretario de Estado Mike Pompeo esta semana, diciendo que había hablado dos veces con su homólogo mexicano, Luis Videgaray, desde que se reunieron en la Ciudad de México, la semana pasada.

Quedó lejos de ser claro cuando la caravana, que sigue siendo muy fluida y desorganizada, llegaría a los Estados Unidos. Un día después de que las Naciones Unidas estimaran el grupo en 7.200, las autoridades mexicanas dijeron el miércoles que tenía aproximadamente la mitad de ese tamaño, en 3.630, y agregaron que habían procesado más de 1.700 solicitudes de refugio.

"El objetivo es la máxima presión sobre México", dijo un funcionario de la administración de Trump, quien habló de manera anónima.

"Creo que sabremos en las próximas 48 horas si van a hacer algo o no", dijo el funcionario, enfatizando que cada vez será más difícil regresar a los migrantes a medida que se adentran en México.

"Obviamente, no hay mucho incentivo para hacer algo verdaderamente radical que va a ser altamente impopular, como lo serían las medidas más enérgicas", dijo Jacobson.

Amy Pope, quien como asesora adjunta de seguridad nacional en la administración de Obama ayudó a coordinar una respuesta de emergencia a un aumento de menores no acompañados en 2014, dijo que la caravana centroamericana no es una amenaza para la seguridad nacional.

"Esto no es gente atacando la frontera", dijo. “Se están presentando [a los agentes de la Patrulla Fronteriza] y están haciendo un caso de asilo. "Creo que las mejores soluciones son aquellas en las que estamos trabajando con México para encontrar una manera de administrar la identificación de las personas que deben obtener asilo".

La respuesta de Trump hasta el momento, agregó, fue "más sobre los mensajes y la política" para reunir a su base conservadora.

En los mensajes de Twitter de esta semana, Trump ha sugerido que está considerando enviar tropas militares a la frontera y recortar la ayuda financiera a Guatemala y Honduras, y posiblemente a México, por no detener la caravana. Hasta 2,100 soldados de la Guardia Nacional se han desplegado en la misión fronteriza después de que el presidente autorizó el movimiento en la primavera, aunque no está claro si Trump está pensando en agregar más guardias o usar otros recursos militares.

"La administración quiere la capacidad de devolver a familias enteras de Centroamérica, y también a menores de edad, después de la detención", dijo un alto funcionario de la administración durante una reunión informativa con los periodistas. Al hacerlo, agregó el funcionario, enviaría un fuerte mensaje de disuasión que disuadiría a otros de intentar un viaje costoso y peligroso.

Pero los grupos humanitarios disputaron esa estrategia. En el 2000, aproximadamente el 95 por ciento de los inmigrantes detenidos en la frontera eran de México, la mayoría de ellos hombres solteros que buscaban empleo. El mes pasado, casi el 50 por ciento de los inmigrantes detenidos eran de América Central, la mayoría de ellos familias con niños, dijeron los funcionarios.

Wendy Young, directora ejecutiva de Kids in Need of Defense, dijo que las leyes federales fueron promulgadas para ofrecer mayores garantías a estas poblaciones vulnerables.

"El sistema de inmigración no puede ser de talla única", dijo.

(Tomado de The Washington Post)