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Pese a reducción de muerte materna, México no alcanzó meta de la OMS
El Estado mexicano no ha cumplido con brindar aborto seguro y atención médica especializada para las mujeres antes, durante y después del parto, como lo establece la Organización Mundial de la Salud, (OMS) con el fin de reducir la muerte materna, afirmó la jefa del Departamento de Salud Sexual y Reproductiva del Instituto Nacional de Perinatología (Inper), Norma Velázquez Ramírez.
En su conferencia “Impacto de la anticoncepción como una estrategia para disminuir la muerte materna”, en el Instituto Nacional de Perinatología (Inper), la médica gineco-obstetra explicó que, a pesar de que se registró una reducción en la mortalidad materna (MM) en México desde 1990 al 2014, el objetivo de reducir el índice a un 22.3%, como lo establece la OMS, no se logró.
Tanto la atención especializada como la interrupción legal del embarazo (ILE) son dos de las estrategias recomendadas por la OMS en las que aún falta trabajar. Y como ejemplo citó que durante el primer semestre del 2016, el Observatorio de Muerte Materna en México ha registrado 447 fallecimientos de mujeres por esa causa, de las cuales 79 son del Estado de México, 40 de Chiapas y 22 de Oaxaca.
Norma Velázquez Ramírez, explicó que esos estados aun no cuentan con unidades médicas suficientes para brindar servicios médicos a las mujeres, sobre todo en las zonas rurales.
En cuanto el acceso al aborto seguro, dijo que las dificultades que enfrentan son: el desconocimiento por parte de personal médico y de las mujeres sobre el derecho a la ILE por la causal de peligro de la vida de la madre, cuando presentan enfermedades crónicas como lupus, cáncer o cardiopatías.
Explicó que la estrategia para reducir la muerte materna que más se ha trabajado en México es la intensificación de la administración de métodos anticonceptivos.
La gráfica del índice de mortalidad materna en México desde 1990 al 2015, en donde la cifra en el año inicial era de 88.7%, once años después, en el año 2001 registró 68.9% de mujeres que fallecieron, ya sea por la omisión o un tratamiento mal aplicado durante el embarazo (causas directas de la muerte materna) o también por enfermedades previas no atendidas, por parte del personal de salud (causas indirectas).
Durante el período que comprende del año 2002 al 2014, los índices de muerte materna fueron desde un 50% hasta el 38.9%.