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Persistencia, paciencia y valentía: Guerrero
Llevando orgullosamente el apellido del primer presidente afroamericano de nuestro país, quien desde el movimiento insurgente, junto a Agustín de Iturbide consumó la Independencia de México, nacido en Tixtla, que posteriormente tomaría su nombre: Estado de Guerrero. Con más de tres millones y medio de habitantes, en 81 municipios; y con apenas una Licenciatura en Danza Regional y Bailes Contemporáneos, impartida por la Universidad Hipócrates en Acapulco, que parece insuficiente para un estado de gran diversidad cultural y geográfica. No obstante, el movimiento dancístico busca crecer y fortalecerse y Sara Guillén, enlace por el Consejo Nacional de Danza en este estado, ha asumido la tarea y el compromiso, dirigido a la búsqueda de mejores condiciones para los agentes de la danza en su tierra; declara que no es una tarea fácil, en uno de los estados más rezagados, en un contexto impregnado por la violencia, narcotráfico, corrupción y un mal manejo de las instancias que coordinan el arte y la cultura, una fuerte carencia de comunicación, de acceso a la información, no existe un catálogo ni censo de danza, la ausencia de convocatorias específicas para esta disciplina artística, y la inexistencia de temporadas fijas para la danza, el apoyo financiero es insuficiente, con sólo 28 casas y centros culturales, en apenas el 34 por ciento de los municipios; muy pocos teatros para cubrir la necesidad de una sociedad que desea hacer y consumir danza. La pandemia vino a sumarse, generando una espiral de pobreza de la cuál parece ser difícil que el gremio salga y agravando un ya complicado escenario en el que hacer danza se ha convertido en una iniciativa propia de persistencia, paciencia, autonomía y valentía.
Bajo esta premisa, los artistas de la danza han decidido hacer frente trabajando en una propuesta de cultura de paz, para reestructurar el tejido social y hacer ver la realidad.
Buscando incidir en las politicas culturales, para garantizar su enfoque hacia la inclusión social, tanto de género, de la discapacida, de diversidad sexual, de nivel socioeconómico, étnica, etc.
Luchando por asegurar la existencia, permanencia y profesionalización de la danza en el estado; generar diálogos y fortalecer la identidad de la comunidad.
El gremio dancístico de Guerrero se organiza en torno a estas necesidades, en una reciente adhesión a los trabajos el Consejo Nacional de Danza, aún son pocos los firmantes guerrerenses entre los más de 4500 que en todo el país han apoyado las demandas para la reactivación económica del sector, sin embargo, han iniciado con un paso fuerte y firme, buscando replicar algunas de las acciones implementadas en otros estados, logrando el acercamiento y trabajo conjunto con la Secretaría de Cultura, a cargo de Mauricio Leyva Castrejón, solicitando la implementación de las acciones comunes en todo el país: los miércoles de danza, el censo de danza para el estado y el respaldo para la reapertura de academias, que incluye capacitación en los protocolos sanitarios y apoyo para la adquisición de equipo de desinfección.
El reto sigue en pie: desde la pluralidad, desarollar estrategias eficaces para dar seguimiento a los apoyos y dar continuidad a los acuerdos; lograr espacios comunes para el sector y alcanzar las metas fincadas desde el Consejo Nacional de Danza.
En la voz de Sara Guillén, orgullosa de ser enlace y lograr consolidar entre su comunidad una labor compartida; “Guerrero pide a gritos arte, demanda apoyo para sus artistas creadores de todos los sectores. La Danza se trabaja y suma incontables lazos, es nuestra y perdura en Guerrero por guerreras y guerreros, que serán sin duda de gran estima para nuestra actualidad y futuro en el estado”.