Periódico de las 4 décadas

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Periódico de las 4 décadas

Creo haber contado alguna vez la anécdota, pero me arriesgo a repetirme en el relato: estaba en el cine, en compañía de Carlos, mi hijo mayor, cuando entró a mi teléfono la llamada. De manera más o menos instintiva me paré del asiento y enfilé hacia la salida para contestar.

Una amable voz femenina del otro lado de la línea se identificó y procedió a formularme una invitación para reunirme con Armando Castilla Galindo, un par de días después, en las oficinas de VANGUARDIA.

Accedí sin pensarlo siquiera. El día de la cita llegué al periódico un poco antes de lo pactado, me anuncié y me hicieron pasar a un privado en donde se encontraba la señora Diana Galindo quien, con su amabilidad característica, me recibió, saludó e inmediatamente me hizo sentir en casa.

Pocos minutos después llegó Armando y comenzó un diálogo que constituye uno de los puntos de quiebre más importantes de mi biografía personal. Un diálogo durante el cual recibí una de las ofertas laborales más generosas en términos de mis aspiraciones periodísticas.

Así inició el tránsito por estas páginas y la participación en el mejor proyecto editorial al cual haya tenido oportunidad de suscribirme. Han pasado poco más de 14 años desde entonces y la aventura no hace sino tornarse más interesante a cada vuelta del camino.

La razón de ello es muy simple: VANGUARDIA es una empresa editorial cuyos directivos tienen un compromiso puntual con la comunidad de la cual formamos parte y eso se traduce en un esfuerzo constante por conducirse con apego al significado de su nombre.

La vocación de esta casa editora por la innovación constante, por la mejora continua y por la calidad, no es un discurso. Es un compromiso interiorizado cuya traducción en acciones permanentes constituye el cimiento sobre el cual se ha construido y se consolida cotidianamente su prestigio.

Un ejemplo sirve para dar cuenta puntual de esa vocación. Recuerdo haberme sorprendido -la primera de varias ocasiones- frente a la actitud con la cual la señora Diana asumió la conclusión de un proyecto cuya realización había sido todo un éxito y se tradujo en la publicación de un celebrado suplemento: hizo generosos reconocimientos a los responsables del mismo y felicitó al equipo en su conjunto. Inmediatamente después comenzó a preguntar por los avances en la edición del día siguiente.

En las juntas editoriales, dirigidas por Armando, la constante es la exigencia. “Está bien esa idea pero, ¿por qué no la hacemos de esta forma?, ¿por qué no le agregamos esto más?, ¿por qué no la enriquecemos con este añadido?”

La pasión por hacer mejor las cosas ha conducido a la empresa a sucesivas innovaciones en su diseño, a la concepción y puesta en marcha de proyectos de carácter social, a la incorporación temprana de los más importantes avances tecnológicos y a la consolidación de un equipo de profesionales de la información cuyo compromiso con el periodismo está lejos de cualquier duda.

Las coberturas periodísticas de vanguardia en jornadas electorales, catástrofes naturales, jornadas deportivas o eventos especiales sólo pueden encontrarse en las páginas de VANGUARDIA.

El arribo a sus cuatro décadas de vida no podía ser la excepción. Se trataba de una oportunidad espléndida para demostrar una vez más el compromiso con la firma…

He sido esta vez, a diferencia de muchos otros aniversarios -y tristemente para mi-, apenas un espectador de la celebración. Y digo tristemente, porque eso me impide adjudicarme alguna porción, así sea mínima del mérito por la espectacular forma en la cual VANGUARDIA ha festejado su cuadragésimo aniversario.

Todavía estoy aplaudiendo de pie. Ha sido, sin lugar a dudas, una celebración pensada, planeada y ejecutada de manera magistral. 

Pero ha sido, sobre todo, coronada con un toque de genialidad del cual sólo el equipo de esta casa editora puede ser capaz: diseñar un centenar de portadas distintas para una misma edición.

Celebrar así las primeras cuatro décadas de hacer comunidad constituyen el refrendo contundente de un compromiso cumplido diariamente, sin tregua ni descanso, gracias al talento combinado de docenas de mujeres y hombres cuya brújula siempre está orientada en la dirección de las más importantes aspiraciones de la sociedad a la cual pertenecen.

Felicidades, compañeros, colegas y amigos: han hecho de esta celebración un acto digno de la audiencia de VANGUARDIA y de la ciudad de Saltillo. Personalmente el festejo me ha ofrecido nuevos motivos para considerar una decisión particularmente afortunada el haber contestado aquella llamada nocturna, en lugar de haber apagado el celular para seguir viendo la película.
¡Feliz fin de semana!

carredondo@vanguardia.com.mx

Twitter: @sibaja3.