¿Perdón?

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¿Perdón?

Perdón, todos hablan del perdón del presidente Enrique Peña Nieto, pero nadie sabe por qué pidió tal disculpa. Analistas y periodistas dan por hecho que el Ejecutivo está arrepentido del asunto de “La Casa Blanca”, pero de qué en particular ¿de su compra? ¿de haber incluido a un proveedor del gobierno en la transacción? o ¿será de la percepción de la gente? Vamos a analizar palabra por palabra el minuto con 24 segundos que duró el famoso perdón presidencial.

“Si queremos recuperar la confianza ciudadana, todos tenemos que ser autocríticos; tenemos que vernos en el espejo, empezando por el propio Presidente de la República”

Hasta ahí suena bien, una palabra interesante: autocrítica, la cual significa un examen introspectivo para reconocer errores.

“En noviembre de 2014, la información difundida sobre la llamada Casa Blanca causó gran indignación”.

Cierto, el reportaje publicado por los periodistas Rafael Cabrera, Daniel Lizárraga y Carmen Aristegui, en torno a una casa en las Lomas de Chapultepec —con un valor de 86 millones de pesos, y construida por Grupo Higa, una de las empresas que ganó la licitación del tren México-Querétaro y que antes había hecho obras en el Estado de México— había despertado la indignación.

“Este asunto me reafirmó que los servidores públicos, además de ser responsables de actuar conforme a derecho y con total integridad, también somos responsables de la percepción que generamos con lo que hacemos”

Así que “este asunto le reafirmó” al Presidente que como servidor público además de actuar conforme a la ley y con total integridad es responsables de la percepción. Otra palabra interesante, la percepción no significa la realidad, sino la interpretación de ésta, citando a Ortega y Gasset “las cosas no son como suceden sino como las recordamos”, aquí la base de este argumento presidencial ¿qué percibió el pueblo mexicano que lo indignó?

“Y en esto, reconozco, que cometí un error.”

Acepta que cometió un error, ¿en qué? ¿en la compra de la casa? ¿en haber contratado a un proveedor del gobierno? o ¿en la percepción de la gente? ahora mismo lo responderá el propio Presidente.

“No obstante que me conduje conforme a la ley, este error afectó a mi familia, lastimó la investidura presidencial y dañó la confianza en el Gobierno”

El Presidente descarta ilegalidad alguna en sus hechos al decir que “se condujo conforme a la ley”, así que para el ejecutivo todo fue legal en el “asunto” de “La Casa Blanca”, pero insiste con la palabra “error”, un error que dañó la confianza en el gobierno, otra palabra fundamental, y a continuación una de las partes más importantes.

“En carne propia sentí la irritación de los mexicanos. La entiendo perfectamente, por eso, con toda humildad, les pido perdón. Les reitero mi sincera y profunda disculpa por el agravio y la indignación que les causé”

En carne propia sintió la irritación de México, y además la entendió. Yendo un poco más despacio, el Presidente reconoce que en el “asunto” de la Casa Blanca cometió un error, sin embargo, todo lo hizo conforme a la ley, así que no hay error legal sino de percepción, su error fue haber hecho algo, aún no sabemos qué, que hizo que muchos mexicanos se indignaran y se irritaran con el ejecutivo. Pero ¿cuál es ese agravio? ... He aquí el punto que se presta a un sin fin de interpretaciones. Y para terminar, lo siguiente.

“Cada día, a partir de ello, estoy más convencido y decidido a combatir la corrupción”

Y esto es lo más desconcertante, a partir de este hecho que según lo que nos dice fue conforme a la ley está más convencido y decidido a combatir la corrupción, ¿por qué un hecho que para la Secretaría de la Función Pública y para el Presidente es legal y conforme a la ley lo convence más de combatir la corrupción?

Respuestas que esperamos algún día sean contestadas. Así el confuso perdón de Enrique Peña Nieto.