'Pensé que iba a morir', joven monclovense comparte su testimonio tras librar el COVID-19

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'Pensé que iba a morir', joven monclovense comparte su testimonio tras librar el COVID-19

Víctima. Saúl no sabe dónde se contagió; empezó con fiebre y otros síntomas llegaron: tos, dolor de huesos hasta dificultad para respirar. LIDIET MEXICANO
Saúl, de 23 años, narra su experiencia con el coronavirus y exhorta a los jóvenes a no confiarse

MONCLOVA.- Saúl, un joven monclovense de apenas 23 años, siempre había gozado de buena salud, pero un día su vida dio un giro inesperado de 360 grados.

El estudiante, quien ya se había enterado de la pandemia de COVID-19, comenzó con temperatura, luego esta se convirtió en fiebre; situación que lo alertó.

Los malestares se fueron intensificando, la tos intensa llegó, no lo dejaba estar dormido ni despierto, pero imaginó que era una simple gripe.

Cansado de pasar más de dos días tirado en cama, con dolor de huesos, espalda y pecho por la fuerza que hacía al toser, acudió al médico.

El especialista empezó con un cuestionamiento que continuó con una revisión corporal y la toma de temperatura, presión y glucosa.

Ya lo viví, pensé que iba morir. Deben de tomar las medidas precauciones, cubrebocas, que se cuiden”.
Saúl, monclovense de 23 años.

“Tienes dengue”, le aseguró el galeno y le otorgó un tratamiento médico de aproximadamente cinco días.

Hasta ese momento todo parecía ser ese padecimiento, pues en la casa de Saúl hay tambos de agua en el exterior de la casa y él pensó: “Claro, me picó un mosquito portador del virus”.

Pero luego llegó la diarrea, la descompensación, comenzó con severas dificultades para respirar y esto no era una situación normal.

En algún momento ya había escuchado los síntomas del coronavirus, pero no pensó ser un portador de este, pues en ese entonces eran finales de marzo y él no había acudido a la Clínica 7 del IMSS, donde se originó el contagio comunitario de Monclova.

Para terminar con su calvario, decidió acudir de nueva cuenta al doctor, pero ahora fue directo al Hospital General Amparo Pape de Benavides, donde de inmediato le enviaron a aplicarse la prueba SARS-CoV-2 y al final de esta retirarse a casa, pues la espera de los resultados sería de al menos una semana.

“A mi parecer yo me sentía muy muy mal, un día le hablaron a la ambulancia para que un día viniera por mí, todos los paramédicos me dijeron que no estaba tan grave, me sentía muy mal, pero me decían que no estaba tan grave en comparación con otras personas”, pero Saúl pensaba que moriría.

Permaneció en su cuarto aislado, según narró a VANGUARDIA, los peores días de la cuarentena que vivió fueron de sexto al doceavo, pues pensaba perdería la vida por asfixia.

“A los 10 días aproximadamente me dan los resultados y fue cuando pensé ‘¿dónde me contagie?’”, recuerda.

ORIGEN INCIERTO DEL CONTAGIO

Al inicio de la pandemia, Saúl se había quedado sin trabajo, pues los restaurantes comenzaron a cerrar operaciones, se recortó el personal y él fue uno de los perjudicados.

Cuando comenzó con síntomas, él se había mantenido resguardado en su vivienda, comenzó a analizar y no encontró una lógica para haber adquirido el virus.

“Una vez llevaron a mi abuela al hospital a la Clínica 7, se sintió mal, como no la quisieron atender nos fuimos a otra clínica, yo ni si quiera entré al Seguro. Mi mamá comenzó a sentirse mal después de esto, pero tanto ellas como yo nos realizamos la prueba y sólo yo salí positivo”, relata el joven.

“Fue algo muy fantástico porque no tuve contacto con nada”, agregó.

Ahora que puede decir que ha superado el virus, lamentó que haya jóvenes que creen que no existe el padecimiento aun viendo el panorama de contagios en la ciudad y sobre todo el número de decesos.

Dijo que muchas personas de su edad piensan que sólo las personas vulnerables, como mayores de 60 años, embarazadas y enfermos crónico-degenerativos son los únicos que pueden enfermarse o sufrir un diagnóstico grave por el COVID-19, pero no es así.

Incluso sus amigos eran incrédulos a esta enfermedad, hasta que a él le tocó sufrir todos los síntomas que le llevaron a pensar que acabaría su vida a los 23 años, por lo que les exhorta a mantenerse precavidos.

“Yo ya lo viví, pensé que iba morir. Deben de tomar las medidas precautorias, cubrebocas, que se cuiden de toser y de estornudad o de las personas que lo hagan, que no salgan a la calle e ingieran cosas calientes en caso de ya ser positivos. Esto sí existe y llegó para quedarse, hay que cuidarnos al máximo”, es el mensaje de Saúl.