En un día la señora Manuelita perdió el trabajo que ha realizado por más de 15 años: empleada doméstica, no fue por su desempeño, pues ella es una mujer responsable y de confianza, pero la contingencia sanitaria por el coronavirus en México obligó a sus patronas a pedirle que ya no fuera, al menos durante la cuarentena.

Y así como ella, que tiene 56 años, trabaja en 2 casas, cuida a una nieta y su esposo no ha podido trabajar por cuestiones de salud, hay casi 50 mil personas en Coahuila que se dedican al trabajo del hogar remunerado en el sector informal, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI al último trimestre del año pasado.

“Esto nos trae muy preocupadas por todo lo que está pasando. Hay que tratar de gastar un poquito menos este tiempecito que va a estar así. Esperemos que se nos pase rápido”, dijo la señora Manuelita frente a la incertidumbre. Ana, una de sus patronas, le pagó esta semana y la próxima por la emergencia sanitaria, pero las medidas están proyectadas para durar un mes más y podrían prolongarse dependiendo de la evolución de la pandemia en nuestro país.

Y es que normalmente no hay contratos escritos, son acuerdos de palabra: la gran mayoría de las empleadas domésticas, como se les conoce, no cuenta con prestaciones ni Seguro Social, y viven al día. Por lo que las medidas de prevención contra el contagio y propagación del coronavirus, que implementó el Gobierno del Estado de Coahuila a partir del 19 de marzo, revelan la vulnerabilidad en que se encuentran estas trabajadoras.

Por esta razón algunos patrones están llegando a acuerdos que no pongan en riesgo la salud de la mujer y de la familia para la que trabajan, pues la mayoría de las empleadas domésticas utiliza el transporte público y asisten de una casa a otra a realizar labores de limpieza y cuidado del hogar, incluso de crianza.

Precisamente las medidas preventivas insisten en no salir de la casa y evitar el uso de transporte público en la medida de lo posible, pero estas actividades son necesarias para las trabajadoras.

Por ello, algunas soluciones que han propuesto empleadores son “que no viniera esta semana y se la vamos a pagar normal”, como el caso de Estela, cuya familia decidió ofrecerle el pago por adelantado y apoyo en especie.

Abril, otra madre de familia que también tiene su propio negocio, acordó con su empleada de 50 años a “descansar por lo menos 2 semanas pagadas, es lo que puedo pagarle de momento; supongo que si se prolonga más esto, le vamos a pedir que no venga hasta que pase la contingencia y checar también cuánto le podemos pagar de su sueldo”.

En otros casos, los patrones decidieron que las trabajadoras continuaran laborando hasta que las medidas se pusieran más severas o que incluso presentaran síntomas de enfermedades respiratorias.

“Las medidas están leves aquí en el municipio aún. Igual tenemos pensado apoyarla si ya se pone la situación de plano grave, aunque no venga”, comentó Marco, en San Pedro de las Colonias, Coahuila.

“Si ella o alguien de su familia tiene algún síntoma no va a venir. De igual manera si alguno de nosotros tenemos síntomas, le aviso a ella”, dijo Corina, en Saltillo.

Por lo pronto y ante la ausencia de una medida oficial de parte de los tres niveles de Gobierno, Manuelita y las 49 mil 878 personas que se dedican al trabajo del hogar remunerado en Coahuila (43 mil 258 son mujeres y 6 mil 620 son hombres, según datos del INEGI) tendrán que ver mermados sus ingresos o en la incertidumbre de su condición laboral. Y las que siguen acudiendo a las casas, extreman sus cuidados de limpieza e higiene por instrucciones de sus  patrones.

DATOS

49,878 personas en Coahuila se dedican al trabajo del hogar.

43,258 mujeres laboran como empleadas  domésticas.

6,620 de quienes trabajan en casas,  son varones.