En días pasados tuve una discusión con mi esposo y terminamos muy molestos, gritándonos y usando palabras hirientes. Sé que será complicado recuperar el respeto y la confianza entre nosotros, pero agradecería mucho un consejo que me ayude en ese camino de reconstrucción, yo por lo pronto estoy dispuesta a poner de mi parte. Gracias de antemano

Peleada

Estimada Peleada:

La mayoría hemos vivido alguna de esas discusiones que terminan mal. Ideas opuestas, malentendidos, emociones llevadas al límite y palabras que quizá nunca debieron pronunciarse. Discutir provoca que emerjan muchas de esas situaciones que no pudieron controlarse en su momento y que, más tarde, solemos lamentar. A veces, aun deseando ese acercamiento con la otra persona, ni siquiera nosotros mismos sabemos cómo empezar, qué hacer y qué decir. En su caso ya pasaron unos días, ya cada uno pensó las cosas, ahora medita, sobre si eres tú la responsable de que esa discusión haya terminado mal. ¿En qué te excediste, qué no supiste manejar? Debemos ser capaces de reflexionar en los propios errores y la responsabilidad tanto o más que en los ajenos. Ahora bien, una vez hecho esto, hazle llegar a tu esposo tu arrepentimiento. Hazlo en un estado de calma, de equilibrio, ahí donde no esté presente la ira, el rencor o el malestar de las palabras dichas.

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