Pedro Sánchez, nuevo presidente de gobierno de España tras destitución de Rajoy

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Pedro Sánchez, nuevo presidente de gobierno de España tras destitución de Rajoy

Foto: Tomada de Internet
Sánchez, que se convierte así en el séptimo presidente del gobierno desde la restauración de la democracia

El socialista Pedro Sánchez, un economista de 46 años natural de Madrid, fue elegido hoy como nuevo presidente del gobierno español, en sustitución del conservador Mariano Rajoy, que fue defenestrado del cargo a través de una moción de censura.

Rajoy se volvió a ausentar de la mayor parte del debate y sólo llegó al final para pronunciar unas breves palabras de despedida, desearle suerte a su sucesor y votar durante la sesión parlamentaria.

Sánchez, que se convierte así en el séptimo presidente del gobierno desde la restauración de la democracia, logró el respaldo a su moción de censura y por tanto a su investidura, de 180 diputados, de la siguiente manera: Partido Socialista Obrero Español (PSOE), 84; Unidos Podemos (UP), 67; Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), 9; Partido Demócrata de Catalunya (PDCat), 8; el Partido Nacionalista Vasco (PNV), 5; Compromis, 4; EH-Bildu, 2; y Nueva Canarias, uno.

Mientras que votaron en contra los 134 diputados del Partido Popular (PP), los 32 de Ciudadanos, los dos de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y el diputado de Foro Asturias. La diputada de Coalición Canaria decidió abstenerse. En total 180 votos a favor, 169 en contra y una abstención.

 

Con este resultado, logrado después de una de las semanas más turbulentas en la vida política española, el relevo en el gobierno es inmediato. Es decir, esta misma tarde la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, se trasladará al Palacio de Zarzuela para informar de forma oficial al jefe del Estado, el Rey Felipe VI, de la decisión del Parlamento. Se prevé que mañana mismo salga publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el nombramiento y que a lo largo del sábado el líder socialista jure o prometa el cargo como presidente del gobierno. Una vez hecho esto, ahora será el presidente en funciones el que tendrá que nombrar a su nuevo gabinete, que unavez que tome posesión de su cartera cada uno de los nuevos ministros empezará a gestionar los recursos públicos el nuevo gobierno.

El otro lado de la moneda es la salida abrupta y traumática del presidente Rajoy y su gobierno, que asumieron las riendas del país en el año 2011, tras ganar las elecciones al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba después de ocho años de gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que dejó como herencia la peor crisis económica y financiera en la historia reciente del país y una de las peores tasas de desempleo.

Rajoy logró su primera reelección en el cargo en los comicios del 2016, en los que por primera vez se fraccionó en cuatro el Parlamento español gracias a la irrupción de dos formaciones políticas nuevas, UP y la también emergente Ciudadanos. Esto obligó a Rajoy a gobernar con tan sólo 134 diputados, muy lejos de la mayoría absoluta de los 176, con lo que tuvo que negociar cada una de sus reformas y los presupuestos generales del Estado que presentó en los últimos años.

De hecho, los presupuestos en vigor se aprobaron en el Congreso de los Diputados hace sólo dos semanas, con el apoyo de Ciudadanos, del Partido Nacionalista Vasco (PNV) -que puso como condición para apoyar la moción de censura que se respetara el compromiso logrado en los presupuestos de más de 590 millones de euros extras para la región- y de las dos formaciones canarias.

Rajoy lleva en política desde muy joven, cuando empezó a militar en las juventudes de Alianza Popular en su natural Galicia. Ha ocupado numerosos cargos públicos, desde alcalde, presidente de Diputación, ministro, vicepresidente y presidente del gobierno. Su salida del poder marcará un hito en la historia del país, al convertirse en el primer mandatario en ser defenestrado por la vía de una moción de censura motivada por los numerosos casos de corrupción que afectan a su partido, sobre todo a raíz de una sentencia de la Audiencia Nacional de hace dos semanas en la que se consideró probada la financiación irregular del partido durante dos décadas, se condenó a su ex tesorero a una pena de 33 años de cárcel y a pagar 44 millones de euros, se encontró culpable como “responsable civil subsididario” al propio partido y se puso en duda la credibilidad del propio Rajoy durante su testimonio ante la justicia.

Antes de su salida abrupta del poder, Rajoy decidió pedir la palabra minutos antes de la votación para afirmar: “Ha sido un honor ser presidente del Gobierno y dejar una España mejor que la que encontré. Ojalá mi sustituto pueda decir lo mismo en su día, al que le deseo suerte".

Sánchez reconoció que a partir de ahora empieza un momento difícil, una vez que tendrá que formar un nuevo gobierno que pretende agotar la legislatura antes de convocar elecciones, pero con la representación parlamentaria más baja en la historia del PSOE y de cualquier gobierno anterior del país, con tan sólo 84 diputados. Y, para mayor complejidad, con un PP molesto por su defenestración con 134 diputados en el Congreso y, lo más peligroso, mayoría absoluta en el Senado, donde tiene la facultad de paralizar cada una de las iniciativas que se presenten.