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Paul Leduc, Ricardo Blume y Sean Connery
La última quincena de octubre vio las muertes sucesivas de tres creadores tanto de detrás como de delante de las cámaras que dejaron una huella imborrable en el Séptimo Arte tanto mexicano como internacional.
La primera de ellas, como bien de informó en su momento, fue la del literalmente revolucionario cineasta Paul Leduc el pasado 21 de octubre a los 78 años de edad, quien cronológicamente si bien perteneció a la primera generación del llamado “nuevo cine mexicano” de los años 70 en realidad comenzó a hacer su propia historia desde el histórico movimiento del 68 como el sonidista del documental por excelencia de dicho evento realizado por Leobardo López Aretche, “El grito”, trabajó que combinó con su quehacer como asistente de dirección de otro más “políticamente correcto” que bajo el título de “Olimpiada en México”, de otro importante cineasta de aquellos años como Alberto Isaac, llegó a obtener una nominación al Oscar al Mejor Largometraje Documental de 1969.
Pero tal y como mencionamos con anterioridad, aunque Leduc estuvo a la altura de cineastas contemporáneos suyos como Luis Alcoriza o Arturo Ripstein al compartir con ellos el empate por el Ariel a la Mejor Película de 1972 los dos primeros por “Mecánica Nacional” y “El Castillo de la Pureza”, de manera respectiva, su ópera prima “Reed: México Insurgente” no solo fue un desafío al contar “el otro lado” de la historia oficial de un evento como la Revolución Mexicana vista a través de los ojos del periodista norteamericano John Reed, sino que posteriormente le dio cara a una Frida que dejó para la posteridad a Ofelia Medina en el personaje protagónico de su también ganadora de Arieles “Frida: Naturaleza Viva” a la Mejor Película; Mejor Director; Mejor Guion y Mejor Argumento Original de 1984.
Leduc ganó igual de merecidamente un último Ariel en competencia en el 2006 por su adaptación de historias del también recientemente fallecido escritor brasileño Rubem Fonseca con “Cobrador: In God We Trust”, pero el testamento que dejó en estos días más vigente que nunca es el discurso que dio diez años después en la ceremonia del mencionado galardón donde la misma Ofelia Medina le concedió el Ariel de Oro por su vasta trayectoria fílmica y el maestro no dejó pasar la oportunidad para retar a una naciente Secretaría de Cultura en proteger una industria fílmica que en vísperas de un segundo Tratado de Libre Comercio se veía amenazada desde entonces por intereses particulares haciendo mención incluso a Pasta de Conchos y eso sin contar con la pandemia y la reciente desaparición de fondos.
Hablando de Arieles, el viernes 30 falleció a los 87 años de edad el actor de origen peruano Ricardo Blume, quien si bien fue más conocido gracias a la televisión filmó paralelamente películas desde los años 70 hasta los 90 cuando compartió créditos con la coahuilense Susana Zabaleta en la ópera prima de su entonces esposo Daniel Gruener, “Sobrenatural”, de 1995, para en el nuevo milenio ser considerado al mencionado premio en la terna a la Mejor Coactuación Masculina del 2006 por “Mezcal”, de Ignacio Ortiz y del 2013 por “Tercera Llamada”, de Francisco Franco, su último trabajo en cine en México.
Para cerrar el mes, el sábado 31 murió en su hogar de Nassau, en las Bahamas, el legendario actor escocés Sean Connery, a quien el pasado martes 25 de agosto cuando llegó a las nueve décadas de vida le hicimos su respectivo homenaje en este mismo espacio. Descansen en paz y gracias por su legado.