Pau Gasol se despide de los Bulls

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Pau Gasol se despide de los Bulls

Pau Gasol (i) de Bulls ante Tristan Thompson (d) de Cavaliers durante un juego de la NBA en Chicago, Illinois. Foto EFE
El conjunto de Chicago quedó fuera de los playoffs por primera vez desde 2008, algo completamente inesperado para un equipo que comenzó la temporada como uno de los grandes aspirantes al trono de la Conferencia Este.

Después del triste final de temporada de Pau Gasol con los Chicago Bulls, una pregunta queda ahora en el aire: ¿seguirá el pívot español en la franquicia de Michigan o buscará otro equipo que le haga olvidar un año de fracaso colectivo en la NBA?

Tras perderse por lesión la innecesaria victoria 121-116 de los Bulls en la cancha de los New Orleans Pelicans en la noche del lunes, el pívot español, salvo sorpresa, no estará mañana en el final de la temporada regular por unas leves molestias de rodilla. ¿Para qué?

El conjunto de Chicago quedó fuera de los playoffs por primera vez desde 2008, algo completamente inesperado para un equipo que comenzó la temporada como uno de los grandes aspirantes al trono de la Conferencia Este. Toda una decepción en una franquicia que tenía grandes esperanzas y que se quedó con nada.

"La forma en la que el equipo ha respondido a la adversidad y la forma en la que hemos acabado la temporada no han sido muy positivos. Ha sido decepcionante", confesó Gasol la pasada semana, cuando el equipo todavía tenía alguna opción.

Lo cierto es que fue una temporada fatal para la histórica franquicia de Michigan. Los directivos despidieron al técnico Tom Thibodeau en busca de un estilo más ofensivo, según dictan los nuevos tiempos marcados por los Golden State Warriors, y buscaron sangre joven en el debutante Fred Hoiberg, alero de los Bulls entre 1999 y 2003.

"Llego a los Bulls para ser campeones de la NBA", fue su mensaje ambicioso -casi temerario- cuando fue presentado.

Pero lo cierto es que nada funcionó durante la temporada. Más allá de las lesiones, se vio a un equipo ausente de química, mala dirección en cancha, nula defensa y falto de sacrificio. Y eso acabó por desesperar a Gasol, ganador de dos anillos en su etapa en Los Angeles Lakers.

"Da igual el talento que tengas, no ganas en función de tu talento. Las victorias se basan en deseo, unión, esfuerzo, determinación... Cosas que son importantes. Podríamos decir que no lo hemos querido lo suficiente", afirmó el jugador español.

Ahora la cuestión es ver qué pasará con un Gasol que terminó la temporada fustrado colectivamente, pero reivindicado a nivel personal. A sus 35 años, jugó un nuevo All-Star y firmó unas estadísticas sensacionales: 16 puntos, 11 rebotes y cuatro asistencias por partido.

Nadie piensa en un destino unido a los Bulls. "A pesar de lo que se dijo desde ambos lados durante el cierre de mercado, ahora sería una sorpresa que Pau Gasol siguiera perteneciendo a los Bulls a partir del 30 de junio", aseguró el influyente periodista KC Johnson, del "Chicago Tribune".

"Ahora mismo no hay nada decidido. Evaluaré todo cuando llegue el momento", dijo el pívot sin demasiada convicción.

Pau Gasol (i) de Bulls ante LeBron James (d) de Cavaliers durante un juego de la NBA en Chicago, Illinois. Foto EFE

Gasol tiene la opción de seguir por 7.7 millones de dólares, pero su voluntad parece estar en otro lado, pese a que le ofrecerían un contrato de dos o tres años.

La opción más factible es que el doble subcampeón olímpico se declare agente libre. Podría ganar más dinero y, sobre todo, elegir un equipo ganador. O, al menos, una franquicia que le ofrezca un plan seductor para el final de su carrera en la NBA.

Antes de firmar con los Bulls, el español habló con equipos como Oklahoma City Thunder o, más notablemente, San Antonio Spurs. Sus estadísticas permiten pensar que volverá a recibir buenas ofertas de equipos con proyectos ganadores.

Sin embargo, también le corresponderá a Gasol, que en agosto jugará en Río de Janeiro sus cuartos y probablemente últimos Juegos Olímpicos, alcanzar un equilibrio entre la oferta deportiva y la oferta económica. Porque no todos los equipos ganadores podrían ofrecerle un contrato suculento.

Tras su mala experiencia en Chicago, el español está en una posición envidiable, pero también sin demasiado margen de error: empezará la próxima temporada con 36 años y esta vez no puede equivocarse.