Partido Demócrata se busca a sí mismo en tiempos de Trump

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Partido Demócrata se busca a sí mismo en tiempos de Trump

Tom Pérez (i), secretario de Trabajo con Barack Obama, y Keith Ellison (d), congresista por Minnesota, son los dos candidatos favoritos para ser el nuevo presidente del PartidoDemócrata. Fotos: AP/The Huffington Post
El Partido Demócrata de Estados Unidos elige este fin de semana en Atlanta a su nuevo presidente, Tom Pérez, secretario de Trabajo con Barack Obama, y Keith Ellison, congresista por Minnesota, son los dos candidatos favoritos.
"Como partido, tenemos que regresar a lo elemental, a organizar a la base: no perdimos por tener los valores equivocados; perdimos porque no salimos a comunicarnos directamente con el pueblo"...
Tom Pérez, ex secretario de Trabajo con Barack Obama

El Partido Demócrata de Estados Unidos elige este fin de semana en Atlanta a su nuevo presidente sumido en una crisis por la pérdida de poder político y en medio de fuertes tensiones ideológicas que arrastra desde la irrupción del senador izquierdista Bernie Sanders en las primarias contra Hillary Clinton.

Tom Pérez, secretario de Trabajo con Barack Obama, y Keith Ellison, congresista por Minnesota, son los dos candidatos favoritos. Si gana el primero, hijo de inmigrantes dominicanos, será la primera vez que un hispano esté a la cabeza del partido. Si lo hace el segundo, no será el primer negro, pero sí el primer musulmán, tras haber sido en 2006 el primero electo para la Cámara de Representantes

Más allá de la anécdota étnica y religiosa, su enfrentamiento es el de dos visiones en un momento de posible redefinición de la formación norteamericana, sin una estrategia clara de oposición a Donald Trump, carente de un líder visible que la catalice y desconectada de la base, como mostraron las elecciones de noviembre.

"Como partido, tenemos que regresar a lo elemental, a organizar a la base: no perdimos por tener los valores equivocados; perdimos porque no salimos a comunicarnos directamente con el pueblo", dijo Pérez en una entrevista reciente.

El cargo de presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) carece de la importancia que tiene en otros partidos occidentales. Quien lo ocupa no es el líder de la oposición, tampoco el candidato presidencial. Su papel se circunscribe a la coordinación del aparato. Pero la carrera ha adquirido esta vez trascendencia por el enfrentamiento ideológico.

Pérez, de 55 años, representa el "establishment", es el hombre del entorno de Obama y de Clinton. Ellison, de 53, es el de Sanders, situado en el sector más izquierdista, que se parece más a algunos partidos de la izquierda europea que a muchos compañeros demócratas.

Sanders se define como "socialista" en un país en el que la palabra es aún tabú y, más de un cuarto de siglo después de la Guerra Fría, sigue estigmatizada. Atrae a jóvenes y progresistas en los que sigue presente la idea de que el senador por Vermont, de discurso también populista, hubiera infligido a Trump la derrota que no logró Clinton.

El enfrentamiento de las primarias se repite así en el cónclave que desde hoy y hasta el fin de semana se celebra en Atlanta (Georgia). Supone una prueba de fuego para esa izquierda de la izquierda estadounidense. La elección depende de los 447 miembros del DNC.

Las multitudinarias protestas contra Trump desde su llegada a la Casa Blanca, la efervescencia de los movimientos sociales y el poso que dejó el propio Sanders en su enfrentamiento con Clinton abren una puerta a que el partido se mueva a la izquierda.

La victoria en las primarias de Clinton -a la que la cúpula del partido trató de favorecer frente a Sanders, como se vio en correos electrónicos filtrados tras el hackeo ruso- ahuyentó de la formación a seguidores del senador que no acudieron a las urnas u optaron por un voto protesta a candidatos alternativos.

El temor de algunos ahora es que si no gana Ellison, una parte de los seguidores de Sanders decida abandonar definitivamente a la formación. Otros temen que si gana, el aparato demócrata gire mucho a la izquierda en un país que quizá no está preparado para ello.

"Ha llegado la hora de que el pueblo se active, se involucre, vote y se organice. Hay que parar a Trump, y el poder del pueblo es lo que tenemos a nuestra disposición para pararlo. Necesitamos manifestaciones masivas. Las necesitamos en todo el país", dijo Ellison tras ver las calles llenas de protestas contra el mandatario.

Quien gane heredará un partido que no ha sabido, al menos aún, aprovechar las protestas contra Trump, el presidente más impopular de la historia reciente, y tendrá que dirigir a la formación a las elecciones legislativas de 2018, cuando se renueva una parte de la Cámara de Representantes y el Senado. Los demócratas tienen pocas opciones de arrebatar el control de las cámaras a los republicanos.

Estará además al frente de un partido en el que no se ve un banquillo que posibilite la aparición de un nuevo Obama en las presidenciales de 2020. Son ya mayores los demócratas más destacados ahora, entre ellos Sanders (75 años) y la senadora Elizabeth Warren (67).

Esta última, también del ala más izquierdista, recordaba hace poco a los congresistas progresistas que Trump ganó las elecciones plagiando la retórica radical de los políticos de la izquierda. El voto del trabajador blanco, el obrero, se lo llevó el republicano.

Una anécdota da cuenta de la distancia que el Partido Demócrata tiene de la que debería ser su base de votantes. Poco después de asumir la presidencia, Trump reunió a líderes sindicales en la Casa Blanca. Para algunos, aquel era el primer encuentro con un presidente. Nunca, en ocho años, los había recibido Obama. De momento, tanto Pérez como Ellison han recibido el respaldo de importantes sindicatos.