Partidización y politización de la tormenta

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Partidización y politización de la tormenta

Nunca como por estos días la costa este de Estados Unidos había sido sometida a tanto castigo por la naturaleza como en esta última semana. Pensilvania, Virginia, Luisiana, Oklahoma, Minnesota, Oregón y por supuesto Texas, fueron los Estados afectados en esta ocasión.

Millones de personas sin luz, sin gas, sin agua; no un día o dos, fue la semana completa. ¿Cómo se combatían fríos de 25 grados centígrados bajo cero en poblaciones que están acostumbradas al calor? ¿Vieron las temperaturas en Dallas, Houston y San Antonio? ¿Tiene familiares en el sur de Estados Unidos, pregunte de qué magnitud fue la tormenta y sus consecuencias? ¿O éstas sólo se dieron en Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y el norte de Tamaulipas?

Por supuesto, como en el dicho aplicado al tema político, “cuando a Estados Unidos le da gripa, a México le da pulmonía”, acabó impactando el norte de México con los consabidos apagones de los que nadie se quedó sin hablar de él en esta semana. Hielo, nieve, tuberías de gas congeladas, tuberías de agua destrozadas y falta de luz, fue el escenario en el vivieron y que padecieron los texanos en esta fría semana que vamos pasando. Nosotros también alcanzamos, pero no para magnificar el asunto, como naturalmente estamos acostumbrados a hacerlo.

Evidentemente el impacto que todo esto generó le pegó completamente a la economía norteamericana y de paso a las empresas mexicanas que cuando les va muy bien no dicen absolutamente nada, pero cuando les va mal se quejan amargamente y no buscan a quien se las hizo, sino quien se las pague.

Junto con esto, una parte de la población que, en su ignorancia y posturas partidistas, magnifican la persona del Presidente de la República responsabilizándolo de ser el causante de los apagones, de la falta de internet y del agua, como si fuera tan poderoso para dominar el tiempo, las tormentas y el congelamiento de las tuberías de gas que proveen de energía a la CFE en nuestro País.

Claro, una buena parte de la información azuzada por medios que siguen dando prioridad a la forma y no al fondo, partidizando y politizando cualquier evento o situación que sirva para malinformar a la opinión pública. Muy poca introspección tiene mucha gente de medios para entender que el motivo de su existencia es para decir la verdad, no para enturbiarla o complicarla. ¿Qué bien hacen al País informando a medias o simplemente ignorando el contexto en el que suceden las cosas?

El manejo que se la ha dado a la cobertura de los apagones y a otros temas sigue siendo tendencioso y amarillo, dándole prioridad a lo que nos pasa en este lado de la frontera, atendiendo a la forma sin priorizar el fondo: qué es lo que ocurre en la costa Este, qué es la causa de lo causado o bien las firmas de acuerdos realizados en otros tiempos o en atención a las Reforma Energéticas.

Otro de los temas son la producción de energía a partir del carbón, la creación de refinerías de gas, las energías alternativas que seguro cuando venga el calor el enojo pasará y el mercado consolará a quienes hoy se quejan, acusan y dan soluciones que en otro tiempo quedó claro no eran de beneficio para la bio, sí para el business. Así es como nos las gastamos.

Y otra vez la tormenta invernal revive antiguos fantasmas, como el de la exploración y explotación del fracking y el gas shale, claro, dicen, sin dañar el medio ambiente, el problema es nunca dicen cómo, porque hay más pruebas de la contaminación ambiental que producen y del dinero que caería en manos de quienes lo proponen, que del bien de las generaciones venideras.

No podemos negar que el pasado y el presente de las políticas energéticas en México fueron puestos en evidencia por la tormenta invernal. Que no somos un pueblo autosuficiente en materia energética, no se pone en duda, y menos que tenemos una dependencia para todo con Estados Unidos, eso es inobjetable. ¿Que los acuerdos realizados fueron acorde a los intereses personales o del grupo de quienes gobernaban y que hoy impactan los bolsillos de usted y los míos, porque a “río revuelto, ganancia de pescadores? Eso lo sabremos muy pronto. Pero de que el petróleo y el gas afectarán más tarde que pronto el transporte, el gas, la gasolina y la luz, seguramente se dará porque la casa nunca pierde. La pregunta es: ¿Y qué sigue?

La preocupación de los gobiernos, de los políticos profesionales, de las organizaciones y la industria y por supuesto de las universidades debe ser la búsqueda de soluciones para la creación de energía local –nacional– que sea respetuosa del medio ambiente, autónoma e incluyente, es decir, al alcance de todos. Así las cosas.