Parpadeo eléctrico

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Parpadeo eléctrico

Invierno con frío y nieve en Texas impide la distribución del gas superconsumido hasta la escasez. Se encarece y se raciona. Acá no llega y ahora vienen barcos con gas para activar las termoeléctricas.

La actuación ciudadana recomendada es el uso moderado de este combustible para que no desciendan las suspensiones desde empresas a comercios, hasta llegar a hogares.

Los apagones zonales se contemplan como un parpadeo eléctrico, con interrupciones de actividades habituales sólo posibles con el empleo de esa energía.

Sigue el País colgado sobre el abismo con los hilos del maíz, de la gasolina, del gas y otros que no se ven por la niebla de las informaciones no logradas. Sigue alejada la autosuficiencia. El costal presupuestal sigue con los agujeros de grandes pagos de deuda y compras de materias primas y elaboradas que, por cierto, tiene el territorio en su subsuelo sin explotar ni transformar.

El modelo económico de sexenios anteriores privilegió las fugas hacia capitales privados y la sustitución de producción por compras. Ahora se arrastran esos lastres en una economía que batalla para acelerar y despegar.

¿ALUMNADO EN ORFANDAD?

Sin mamá-escuela. Sin aulas ni profes de a de veras, no de pantalla, el alumnado huérfano se va arriesgando a querer volver, salpicado de precauciones desacostumbradas.

Ya no será lo de antes y extrañará la espontaneidad de clases y recreos, en que no era necesaria distancia ni pasamontañas o tapujos nasales y bucales, más propios de piratas o de salteadores.

Pero la infancia se adapta y toma como estreno y aventura lo que algunos adultos ven como tragedia o calamidad. Quizá la lucha contra los actuales inconvenientes dejará en su formación humana una capacidad para tomar los problemas como oportunidades y, como en las carreras de obstáculos, convertirlos en momentos espectaculares de victoria en lugar de causar suspensión, evasión o retroceso.

TIEMPO DE DALTONISMOS

No sólo por cambiar los colores del semáforo sanitario. También proliferan las equivocaciones. Las pretendidas burbujas de impunidad se revelan como centros de contagio colectivo. La vacuna salvadora se vuelve –en casos excepcionales– pirateada y sustraída por voracidades tramposas. Y las actitudes de impaciente amargura quieren ver fachada en etapas de obra negra, reclaman reciedumbres y acabados en etapas de cimbra. Se reclaman resultados en etapas de procesos graduales. Ya tienen cuna y biberón y reclaman niño a los tres meses de embarazo. Quieren que se gane Zamora en una hora y tener milpa y elotada al día siguiente de la siembra.

Estas voces quieren ser críticas y sólo exhiben la miopía de quienes las profieren. La inmadurez relacional y el enjuiciamiento prejuiciado hacen un clima salvaje para un canibalismo con tenedor en selva pavimentada.

BANQUETE DE AYUNOS

Ese recurso cuaresmal de tener una comida fuerte al día y otras dos ligeras se reduce ahora a miércoles de inicio y al viernes de clímax. Hay ayunos medicinales y otros estéticos pero se nota claramente que es necesario un banquete de otros ayunos indispensables.

Muy saludables socialmente serían los ayunos de tribalismo (uniones para ir en contra de otros), ayunos de codicia desbocada, de placer pernicioso que cobra en deterioro de salud. Ayuno de verborreas infodémicas que corrompen la comunicación.

Sólo estos ayunos pueden llevar a la pascua antropológica y social de convivencia humanizada digna de un año 21 en siglo también mayor de edad...