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Para Emily Watson el Premio Donostia
San Sebastián, España.- Ya desde su debut con "Breaking the Waves", Emily Watson auguraba una prometedora carrera. Pero a sus 48 años, la actriz británica se confiesa algo abrumada por recibir un premio a su trayectoria como el que hoy le otorga el Festival de San Sebastián.
"Es muy extraño, y a la vez maravilloso", declaró horas antes de la gala, pues no se ve "suficientemente mayor" para un galardón así. Conocía el certamen, pero no había oído hablar del Premio Donostia, y cuando leyó la lista de distinguidos -de Gregory Peck a Richard Gere o Bette Davis- se sintió muy "sorprendida y honrada", añadió.
Más de una treintena de títulos avalan la carrera de esta actriz que dice no haber seguido "ningún plan", yendo allí donde los papeles le iban llevando. Con el último, la épica "Everest", inauguraba hace unos días el Festival de Venecia, pero en su filmografía destacan además películas como "Angela's Ashes", "War Horse" o más recientemente "The Book Thief".
Aunque sus comienzos fueron sobre las tablas y de la mano de la Royal Shakespeare Company, Watson contó que se siente "más en casa" en el cine. "El teatro me encanta, pero es muy difícil interpretar a un personaje una vez, y otra, y otra... es todo un reto", explicó. No obstante, en 2002 regresó a las órdenes de Sam Mendes para "Uncle Vanya" y "Twelfth Night".
Si tuviera que elegir un papel de los muchos que ha interpretado, esta actriz casada con un escritor y madre de dos hijos empezaría por "Breaking the Waves", que le valió su primera nominación al Oscar. "El primer amor es siempre el más profundo", dijo sobre la joven y enamorada Bess a la que encarnó a las órdenes de Lars von Trier, que no es tan fiero como lo pintan.
"Tiene mala fama, la reputación de ser difícil con los actores, pero para mí fue una experiencia fascinante", declaró. Después, sonreía al recordar "Punch Drunk Love" (Paul Thomas Anderson), con Adam Sandler -"fue muy divertido, un experimento muy especial"- y agregaba finalmente el western australiano "The Proposition".
Además, si hay un director con el que le gustaría trabajar, ese sería Robert Altman, a cuyas órdenes ya filmó en 2001 "Gosford Park". "Todo va por ciclos, pero siempre habrá cineastas interesantes que se las arreglan para hacer películas más allá del sistema, y he tenido la suerte de trabajar con algunos de ellos", contó.
Preguntada por su recurrente papel de "madre" en la gran pantalla, esta actriz de mirada franca que respondió a los medios enfundada en un sencillo vestido negro afirma que "un montón de mujeres interesantes son madres". "No es una cosa o la otra, muchas de las mujeres de mi edad más representativas del cine tienen hijos".
En ese sentido, reconoció que en el cine, el físico "obviamente importa". Pero Watson se considera "muy afortunada" de haber sido siempre fichada "por motivos distintos a los de algunas actrices de Hollywood". Y aunque la igualdad salarial es un tema "que debe tratarse", afirmó que no es su "batalla personal": ella se siente agradecida de poder dedicarse a lo que ama.