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Papa analizará si mujeres pueden servir como sacerdotes
Ciudad del Vaticano. Francisco afirmó hoy que creará una comisión de estudio para analizar la posibilidad de permitir a las mujeres ejercer el servicio del diaconado (sacerdote) en la Iglesia católica, actualmente reservado de manera exclusiva a hombres.
Esto durante un encuentro –en el Aula Pablo VI del Vaticano- con unas 900 líderes de congregaciones religiosas femeninas del mundo, asistentes a la asamblea trienal de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG).
En la reunión el pontífice respondió improvisando a seis preguntas de las presentes, una de ellas le cuestionó: “¿Por qué no constituir una comisión oficial para estudiar la cuestión?”.
En su respuesta el líder católico reveló que había abordado el asunto hace algunos años con un “buen y sabio profesor”, el cual tenía estudios sobre el uso de las mujeres diáconos en los primeros siglos de la Iglesia.
Siguió reconociendo que no estaba claro qué papel tenían esas mujeres. “¿Cuáles fueron estas mujeres diáconos? ¿Tenían ordenación o no? Está poco claro eso. ¿Cuál fue el papel de esas ‘diaconisas’ entonces?”, se cuestionó.
“¿Constituir una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión? Creo que sí. Sería bueno, para hacer que la Iglesia aclare este punto. Estoy de acuerdo, voy a hablar para hacer algo como esto. Acepto, me parece útil tener una comisión para aclarar”, añadió.
Actualmente la Iglesia católica reserva el diaconado exclusivamente a los hombres. Los seminaristas son ordenados “diáconos temporales” un tiempo antes de recibir la ordenación sacerdotal.
Pero no sólo pueden ser diáconos quienes serán presbíteros, también existe una categoría distinta de “diáconos permanentes” que incluso pueden ser casados. Estos son considerados el “grado inferior de la jerarquía eclesiástica”.
Entre las funciones permitidas a los diáconos destacan la proclamación del evangelio, la predicación y la asistencia en el altar, la administración del sacramento del bautismo y el presidir matrimonios, dar bendiciones. Ellos no pueden celebrar misa ni confesar o dar la unción de los enfermos.
La discusión sobre el diaconado femenino no es nueva. Durante la pasada asamblea del Sínodo de los Obispos, que tuvo lugar en el Vaticano en octubre de 2015, el arzobispo canadiense Paul-André Durocher avanzó el tema.
“El Sínodo debería reflexionar seriamente sobre la posibilidad de permitir el diaconado femenino, porque abriría el camino a mayores oportunidades para las mujeres en la vida de la Iglesia”, señaló.
“En donde fuese posible, a mujeres calificadas se les debería asignar posiciones y autoridades de decisión en las estructuras eclesiásticas”, añadió.