Pancho Villa americano

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Pancho Villa americano

Sólo hay dos opciones: retomar la constitución de Estados Unidos y los valores que le dieron vida o aceptar el libertinaje socialista y las políticas de desintegración familiar auspiciadas por el gobierno de Barack Obama.     
Estados Unidos está infectado de un virus muy parecido al del PRI, sólo que allá se llama Partido Demócrata. Aquí el PRI infectó al PAN, al PRD, Morena y demás. En ambos países, estos priístas compran y venden votos, hace trampas, roban, destruyen y no rinden cuentas. Biológicamente es exactamente el mismo bicho.

Estados Unidos combatió el comunismo abriendo el comercio internacional con China y Rusia. Millones de empleos desaparecieron allá y reaparecieron en otros lugares, incluyendo México. Todo esto con cargo al poderío económico de los Estados Unidos. Sin embargo, ya no pueden más, y ahora Estados Unidos opera con crédito y acumulando un enorme déficit comercial. 

La pérdida de empleos en Estados Unidos ha generado un problema social y político de primer orden. Los desocupados le entran a la delincuencia y a la droga o caen en la total la dependencia en programas de apoyo social. Todo con cargo a una deuda como país que Obama duplicó y ya asciende a 20 millones de millones de dólares.
El descontento con la política y los políticos de Washington es lo que ha convertido a Donald Trump en un temible Pancho Villa americano, mujeriego y atrabancado. El empresario se lleva cercas. La polarización llega niveles nunca vistos. Sus estilos y ofertas son muy contrastantes con los de su oponente Hillary Rodam Clinton.

Trump ofrece drenar el pantano de corrupción de Washington. Hillary propone seguir por el mismo camino de Obama.
Hillary quiere aumentar impuestos “a los ricos”; Trump reducir impuestos a una tasa máxima de 15 por ciento y simplificar los trámites.

Trump quiere revisar los tratados comerciales. Hillary se dice promotora de fronteras abiertas, que cualquier persona pueda vivir en Estados Unidos. 

En materia de salud, Hillary ha sido una de las inventoras del Obamacare, un programa de seguros médicos forzosos que está colapsando las economías familiares. Trump propone tirar Obamacare y repensar todo el sistema de salud.
Trump quiere una frontera hermética. Hillary les trae quién les cante a los indocumentados.

A Trump lo apoyan los defensores de la Constitución, los amantes de las armas, los militares y los guardianes de la ley y el orden. A Hillary la apoyan los grupos con agendas únicas como quienes favorecen el aborto, los gays y lesbianas, los negros que odian a los policías blancos, los burócratas y los interesados en recibir subsidios del Gobierno; también los gobiernos extranjeros y personas que condenan la libertad religiosa y practican el ocultismo.

Trump se ha sumado a quienes rechazan los abortos y Hillary defiende el aborto como un derecho exclusivo de mujer a decidir sobre su propio cuerpo. 

Como digo arriba, más polarizado no se puede. Si los Estados Unidos reafirma el camino Obama-Clinton quedará irreconocible en muy poco tiempo, al integrarse una Suprema Corte que reinterprete la Constitución al gusto de los liberales demagogos y corruptos.

Sería paradójico y trágico que los latinos o hispanos (ahora ciudadanos mexicoamericanos) apoyen un sistema económico y político dirigido desde Washington, muy similar al PRI, con toda la corrupción y centralismo del cual alguna vez ellos o sus padres salieron huyendo. 

Sería aberrante que latinos e hispanos cristianos y católicos con su voto apoyen una plataforma que favorece la práctica de los “abortos durante el parto”. No entiendo cómo personas que condenan esta práctica en lo personal pueden ayudar a que se convierta en política de Estado.

A los que tienen esas dudas, les diría: Si de plano no sabes qué hacer, equivócate del lado de tu instinto natural. Y si ni eso te sirve como consejo, echar un pico o mona te podría ayudar a superar la cruda moral el día de mañana.

javierlivas@prodigy.net.mx