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Palabras de México
En estos días de encierro espigué más dichos y dicharachos mexicanos, y los presento ahora. -Cuando se revuelve l’agua, cualquier ajolote es bagre.
-No seas burro de aguador, cargado de agua y con sed.
-La mula que yo monté
la monta otro compañero.
¡No me importa que la monte,
si yo la monté primero!
Soy de la mera Huasteca
y no sé lo que son celos.
El plato en que ya comí
¡aunque lo laman los perros!
-Eres más aburrido que el cura de Apango, que ni chupa, ni bebe, ni va al fandango
-Apenas les dicen mi alma y ya quieren casa puesta.
-Habrá vacas más chichonas, pero no que den más leche.
-No arruguen, que no hay quien planche.
-Como dueño de mi atole, lo menearé con mi dedo. -Si con atolito se está aliviando, atolito vámosle dando.
-¡Atráncate, bandolón, ‘ora que tienes tocada!
-Al bagazo, poco caso.
-Al que nació barrigón, ni que lo faje un arriero.
-Cada viejito alaba su bordoncito.
-Comoquiera se hace un buey, pariendo la vaca un toro.
-Dicen que un buey voló. Pue’ que sí; pue’ que no. -San Agustín predicando pierde ante un burro negando.
-Pa’ ir a la querencia no hay burro flojo.
-Caballo de mucha crin, y hombre de muchos bigotes, matalotes.
-Muchos cabitos de vela hacen un cirio pascual. -Al cabo p’al santo qu’es, con un repique le basta.
-Pa’ estornudar y calzonear, no se puede uno esperar.
-Come camote y no te dé pena; cuida tu casa y deja la ajena.
-A mí no me cantan, ranas. ¡A cantar a la laguna!
-Cada caporal, donde le parece pone la puerta de su corral.
-Carbón que ha sido lumbrita, con facilidad se prende.
-Dos cosas en esta vida nunca debes de buscar: una carta que no llega y una mujer que se va.
-Casa, baile y potro, que lo haga otro.
-Es tan santo el chocolate que de rodillas se muele; juntas las manos se bate, y viendo al cielo se bebe. -Antes que te cases, mira lo que haces.
-Valen más tretas que letras.
-Sacristán que vende cera, y no tiene cerería, ¿de dónde la sacaría?
-Un pendejo callado es oro molido.
-Un gato que se ha quemado, al ver la ceniza corre.
-Vive como el zopilote, a costa de ruina ajena.
-Comida hecha, compañía deshecha.
-No compongas el altar pa’ que otro diga la misa.
-Los consejos no pedidos, los dan los entrometidos.
-Échenle copal al santo, aunque le jumeen las barbas.
-Para un corazón herido, un Cristo crucificado.
-Soy mansa como un cordero... mientras hago lo que quiero.
-No hay dolor que al alma llegue que los tres días no se calme.
-Ay, amorcito viejo: ni te olvido ni te dejo.
-Es cosa propia de bueyes buscar guayabas en los magueyes.