El más pequeño de la familia Griffin siempre ha sido un personaje complicado. Un bebé de un año con la inteligencia (y la ambición) de un genio malvado —aunque sus inclinaciones violentas ya no son tan recurrentes como al inicio de la serie— con un particular acento y supuestos gustos homosexuales, los cuales fueron explorados en el capítulo “Que pase Stewie, por favor”.

En él, el pequeño genio es forzado a acudir a una cita con un terapeuta (interpretado por Sir Ian McKellen). La consulta sirve para echar un vistazo a la mente del personaje, sus miedos, inseguridades y su identidad.

Sin embargo, a pesar de que la orientación sexual de Stewie siempre ha sido un tema sometido constantemente a discusión, la gran revelación no fue que el niño aceptara su homosexualidad de manera abierta, sino algo totalmente inesperado: Su acento es fingido.

Así es. Como parte de una “fachada para mantener a las personas alejadas” el niño desarrolló de manera ficticia muchas características de la personalidad que todos conocen y fue frente al doctor Cornelius Pritchfield que por fin “se liberó” y habló con su voz verdadera, la cual es, sin mucha sorpresa, idéntica a la de Seth MacFarlane, el actor que lo interpreta.

Los guionistas del show aclararon que esto fue un movimiento que no estaba planeado, pero que una vez que la idea llegó decidieron darle seguimiento.

Mencionaron también que no planean darle cierre a la cuestión de su sexualidad y que prefieren continuar con ella de la misma manera ambigua en que siempre la han tratado.