Outcast, lo nuevo de Robert Kirkman

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Outcast, lo nuevo de Robert Kirkman

Mientras los fanáticos de “The Walking Dead” y del trabajo en el cómic de Robert Kirkman han contribuido al alboroto alrededor del estreno de “Outcast”, la crítica comienza a decantarse por una opinión término medio que dice más o menos así: “Mmmm, ta bien. No es para tanto, pero está ok”.

Y es que con el estreno de “Outcast” (este viernes por Fox, en simultáneo con Estados Unidos), la distribuidora pretendía recrear el éxito que en 2010 generó una excesiva expectativa respecto al inicio de “The Walking Dead”. La cosa se puso intensa ese octubre, pues el comienzo del mega éxito de AMC fue precedido por una intensa campaña publicitaria, una estrategia en la televisión quizá nunca antes aplicada hasta ese momento.

Con una algarabía menor, pero con las mismas pretensiones, llega ahora “Outcast”, la serie con la que Kirkman busca replicar el fenómeno de “TWD”, y después de observar el primer episodio, creo que será una tarea difícil, pero no imposible.

Veamos. Dejando de lado la mercadotecnia que ha rodeado este proyecto –fue desarrollado para la televisión incluso antes de que apareciera el propio cómic (que dibuja el artista Paul Azaceta); sorprendió liberando el primer episodio hace unos días en FoxPlay, y su creador lo ha promocionado como “una serie realmente terrorífica”– existe un producto que seguramente conquistará a un buen número de televidentes. 

“Outcast”, en pocas palabras, es una trama sobre exorcismos. Sobre espíritus malignos y demonios influyendo en la cotidianidad de un pequeño pueblo de West Virginia en Estados Unidos. El protagonista, Kyle Barnes (Patrick Fugit), es un verdadero marginado, y poco a poco descubre el secreto de su mala suerte: la gente a su alrededor, la más cercana, es poseída por una fuerza maléfica. Ya en su adultez, Kyle decide dejar de huirle a su destino y enfrentarse a él en busca de respuestas. Lo que encontrará será una conexión con lo sobrenatural y un poder misterioso para enfrentarse a los entes demoniacos que lo persiguen. 

No voy a revelarles demasiado sobre “Outcast” porque probablemente les arruinaría lo mejor de su primer episodio. Pero diré, por lo pronto, lo que me atrapó del capítulo: 1. La primera escena, que es realmente un gancho al hígado. Si Kirkman quería captar nuestra atención en los primeros minutos, lo consigue gracias al escalofriante inicio. Una escena perfecta en todos sus niveles. 2. La presentación de los personajes, los cuales parecen mejor estructurados que los de “TWD” en sus comienzos. 

3. El recurso de la tradición, pues las imágenes sobre posesiones demoniacas y exorcismos se ajustan a las legendarias historias que encumbró en su momento “El Exorcista”.

Necesito darle seguimiento a la primera temporada para ofrecer una opinión más completa y menos aventurada sobre el futuro de “Outcast”. Eso haré y al final del ciclo retomaré la crítica. Por lo pronto, no se la pierdan este viernes.

 Mi calificación: 80 de 100.  Mi Twitter: @CalladitaR