¿Otro sexenio más con la fórmula de Rubén?
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¿Otro sexenio más con la fórmula de Rubén?
Del 27 de enero al 3 de febrero tres funcionarios del Gobierno de Coahuila viajaron al continente asiático para “promocionar” el Estado: Jaime Guerra Pérez, secretario de Economía y Turismo, y los subsecretarios del ramo, Ricardo Schumm Cerpa y José Jorge Ramón Montemayor.
Entre transporte, hospedaje y alimentación, su gira de cinco días efectivos costó al erario 862 mil 672 pesos, como consta en el oficio SET/UT/016/18. Sólo en pasajes de avión, Guerra gastó 343 mil 978 pesos.
Han pasado tres meses y, sin embargo, no hay resultados de las 14 reuniones que -según su agenda- involucraron a empresas y autoridades en Seúl, en Corea del Sur, y Pekín, Shenzhen y Hangzhou, en China.
Para este mes, no obstante, la Secretaría de Economía y Turismo proyecta una segunda gira de promoción a China. La pregunta es: ¿y no hay otro destino para “atraer inversiones”?, ¿por qué repetir la fórmula de la pasada gestión estatal? Dicho sea de paso, ya se fue del Poder Ejecutivo el Gobernador que, desde junio 4 de 2013, nunca más volvió a viajar a Estados Unidos hasta el fin de su sexenio. ¿O sigue teniendo presencia en esos temas?
Tan solo del 14 de junio de 2014, fecha de la primera expedición por Asia, a noviembre de 2015, Rubén Moreira emprendió un viaje cada tres meses en promedio, gastando 21 millones 853 mil 104 pesos en dichos desplazamientos. Uno de ellos dejó para la posteridad una fotografía reveladora: Miguel Riquelme cargándole el maletín, seguido de José Vega Bautista, ex coordinador de Comunicación Social, Fernando Simón Gutiérrez, sucesor en el cargo, y Antonio Gutiérrez Jardón, ex secretario de Desarrollo Económico, Competitividad y Turismo.
A juzgar por las actividades del primer semestre de administración 2017-2023, nos esperan otros seis años de nula voluntad política para hacer negocios con el vecino del Norte.
Por qué no hacer cambios. ¿Es un asunto de falta de disposición, de falta de capacidad, o falta de libertad?
Al cumplirse los primeros 100 días de Gobierno, en este mismo espacio escribí que Riquelme pareciera querer pasar inadvertido. Haciendo lo necesario y nada más. Apegado a la ley del mínimo esfuerzo. Transitando por una escala de grises donde no se note su presencia.
A los 150 días, luego de presentar el Plan Estatal de Desarrollo, hice notar la narrativa continuista del documento rector de las políticas públicas. Muy pocos “crear” (algo nuevo) y muchos “promover” (lo que ya está hecho, o es de otros). Sin rumbo. Como si la mayoría de las cosas funcionasen ya en su estado actual y no hubiese que modificar algo. Mientras la palabra “fortalecer” aparece 36 veces en el texto, “construir” sólo en tres ocasiones. Como si el Estado no necesitase obras, como si ya fuese fuerte, en consonancia con el slogan: “Fuerte, Coahuila es”.
La intención de mirar obcecadamente al mercado asiático, por lo demás, significa reciclar la receta sin importar los resultados. Una extensión del sexenio anterior.
Ahora bien, si de aplicar el manual se trataba, cualquiera podía asumir la gubernatura con sólo seguir las instrucciones: “no le muevas al arroz; deja que se consuma solo; vigila que no se te queme, nada más”.
CORTITA Y AL PIE
¿Cuál es el estilo personal de gobernar de Miguel Riquelme hasta el momento?
Parafraseando la expresión francesa “laissez faire, laissez passer, le monde va de lui meme”, uno solo: dejar hacer, dejar pasar; Coahuila va solo.
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS
Se dirá en su defensa que la situación económica de la entidad obliga a picar piedra y tocar puertas allende las fronteras. Tal vez. Pero no ha ido al lugar más trascendental de todos, y donde probablemente encontraría más recursos: al fondo de la Deuda Pública.
Y mientras la ruta no apunte hacia esa dirección, lo demás será un intento por buscar afuera lo que no se quiere averiguar adentro.
@luiscarlosplata