La respuesta desnuda a nuestros gobernantes, apela al peor cáncer que es el olvido. A eso nos hemos acostumbrado porque vivimos en el País donde no pasa nada. La impunidad se convierte en la constante, no conoce de partidos políticos, ni de sexenios, ni de aspirantes al 2018, ni, como lo escuchamos hace unos días, tampoco de expresidentes. 

A su llegada a Tamaulipas –a la toma de protesta como gobernador de Francisco García Cabeza de Vaca– el panista Felipe Calderón fue abordado por varios reporteros, uno de ellos preguntó lo obvio cuando vives en un Estado que lleva 10 años marcado por la violencia: “¿Siente alguna responsabilidad por la inseguridad en Tamaulipas, señor expresidente?”, a lo que Calderón contestó “otra pregunta por favor”. ¿Pero qué exhibe esa respuesta? Expone molestia, desconocimiento, ignorancia, culpa, fracaso, impotencia, pero sobre todo indiferencia; el expresidente no tuvo que dar ninguna explicación, ninguna lectura tres años después. En México el Ejecutivo deja Los Pinos y se terminó la rendición de cuentas (aunque en funciones tampoco las hayan ofrecido), que arrojen la primera piedra quienes no sean responsables de la violencia seguramente pensó minutos después (parafraseando al Presidente en funciones).

La facilidad con la que se zafó de esta “incómoda” pregunta es lo más preocupante, no quiso contestar porque se sabe responsable de la una guerra que hoy parece interminable –las tendencias del horror indican que terminaremos este sexenio peor que el anterior. 

Inmediatamente pensé en Margarita Zavala, fuerte contendiente blanquiazul a la candidatura presidencial en 2018, ¿será incapaz de una mínima autocrítica al sexenio de su esposo?, ¿habrá un silencio ante las malas decisiones tomadas hace menos de diez años? Con esas respuestas en casa no hay duda que será un capítulo cerrado para ella.

Después pensé en todas las preguntas pendientes al expresidente Felipe Calderón, sobre todo abundan las que tocan el tema de la inseguridad, la débil policía, pero también cruza el tema de la Guardería ABC, la crisis de Derechos Humanos, y su probable respuesta sincera e indiferente “otra pregunta”. 

Lo peor es que ante tanto cinismo seguramente duerme tranquilo, las preocupaciones, sus responsabilidades, el País que dejó es territorio del olvido. 

@jrisco