El escudo de armas que en este espacio hemos propuesto al cacique de Parras, Evaristo Armando Madero Marcos, consiste en un campo de gules color alfalfa, flanqueado por ribetes dorados con las iniciales “TMM” que identifican a su compañía transportista y, como fondo principal, una montaña escarpada con un burro majestuoso en la cumbre cargado con barras de oro. En la base del mismo la divisa de su satrapía inscrita en letras góticas: “No hay cumbre tan alta que un burro cargado de oro no pueda subir”.

Y vaya que Evaristo ha llegado alto en la política y los negocios; tres veces alcalde de Parras, subsecretario del Transporte, recaudador de rentas, empresario exitoso y máximo galán de Pueblo Mágico.

Todos esos logros sin contar con alguna educación, pues sepa usted que Evaristo recién ha terminado la primaria en el IEEA, algo que en verdad aplaudimos, pero que ha resultado de muy nocivas consecuencias para el pueblo de Parras, ya que la educación ha convertido a Evaristo en un “déspota ilustrado”, y ahora resulta que no quiere entregar el poder político y los bienes municipales.

Y no sólo el poder y el dinero han insuflado al “burro de oro”, sino más lo ha perdido la cotidiana adulación de una grotesca farándula de invertidos y exóticas que le han trastocado la mollera, una runfla de lenones, rascatripas, puchadores, chalanes, galopinas y sacamantecas que sin respeto alguno a los parrenses los impuso como funcionarios públicos, causa principal de la degradación política y la bancarrota municipal.

Y sepa usted que ni la Auditoría Superior ni el Congreso local y mucho menos ese mamotreto inútil llamado “Sistema Estatal Anticorrupción” han procurado hacer justicia al esquilmado pueblo de Parras.

Y conste que este año el nuevo gobierno municipal recibe un municipio totalmente desmantelado, saqueado, con un Simas que ha sido descapitalizado de muy mala fe para quebrarlo, por instrucciones de este cacique absurdo que ahora funge como regidor, un “burro de oro” millonario que sigue sangrando al municipio, que no se cansa de hacer daño a Parras, que no se consuela por haber perdido la elección.

Y usted podrá decir que ya fueron muchos adjetivos, pero vamos a citar también algunos datos objetivos de evidente corrupción.

La “carretera el Capricho”. La venta del mercado municipal. El uso de materiales y mano de obra municipal en fincas particulares. El nepotismo. La renta de sus camiones y pozos de agua al municipio. El saqueo de la nómina municipal con “aviadores”. La rapiña en el DIF por la primera dama. El saqueo de su prima la tesorera. La nómina de su empresa pagada por el municipio. El saqueo del contador de su empresa durante todo el régimen. El desvío de recursos de Pueblos Mágicos y muchos otros peculados que revelarán las auditorías.

¿Y sabe usted cuál ha sido el colmo de este bodrio y su bazofia? Que el pasado primero de enero Evaristo y sus achichincles tomaron protesta como ediles levantando el brazo izquierdo, la más espeluznante new left que ha conocido Parras de la Fuente. La izquierda más patética de la historia universal.