Por: Ana Rodríguez

“Los ojos se le cerraron de nuevo, pero el cuerpo desmadejado no encontró el equilibrio anterior y los brazos se desplomaron a los costados”.Todo arde narra un estremecedor descenso a los infiernos tramado al modo en que Orfeo viajó al inframundo en busca de Eurídice. Aquí Orfeo es Lolo, un adolescente de 16 años; y Eurídice, su hermana mayor, Lena, enganchada al crack y la heroína, y que, tras rechazar e interrumpir varias terapias y abandonar el domicilio familiar, merodea durante el día por el aeropuerto de Barajas (Madrid) donde lleva a cabo pequeños hurtos. Por la noche se instala en un poblado de paracaidistas. Hasta allí la acompaña Lolo tras dar con ella, y allí permanece a lo largo de toda una noche, sacudido entre su empeño por salvar a Lena y los sucesos que van sobreviniendo: algunos derivados de la simple vida cotidiana en el poblado, otros prendidos a una intriga cuyos resortes ninguno de los dos desencadena.

Nuria Barrios sostiene con pulso bien medido la alternancia entre el relato “épico” y la representación naturalista del inquietante mundo del poblado a través de grandes estampas o cuadros protagonizados por un amplio número de personajes que se reparten entre todas las edades y condiciones. La descripción del espacio y el ambiente es impecable y hasta extenuante por momentos. La variedad de tipos es asombrosa, y muy apreciable la construcción verbal que los define y caracteriza.

Todo arde

Nuria Barros

Editorial Alfaguara

2020

290 pp