Oportunidades de empleo
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Oportunidades de empleo
No sé pedir empleo. Tengo 34 años y no tengo la menor idea. Mi CV parece redactado por un adolescente de secundaria y cada vez que lo he enviado imagino que ha sido enviado directamente a la basura o, en el mejor de los casos, usado como hojas de reciclaje para alguna oficina. No me mal interpreten. Claro que he trabajado en todos estos años. Sin embargo, para mi buena fortuna, lo he logrado con el menor número de trámites burocráticos.
1. Escribo esto mientras mi sala-comedor parece una versión "modernilla" de una oficina de empleo. Mi roomie fue despedida de su trabajo hace un mes y yo hace menos de una semana. Es el departamento de dos adultos que cumplen con el cliché de los graduados de literatura en este país. Mientras tanto, nos entretenemos redactando y enviando currículums, portafolios y mails. Al mismo tiempo preparamos café, platicamos y nos paseamos en ropa interior por el departamento durante la mañana mientras el resto de la ciudad se agita con el ritmo incesante de milones de personas que corren rumbo a sus lugares de trabajo. En estos momentos este lugar se encuentra fuera del tiempo.
2. Por mi parte estar así, tan al margen de todo, sólo me recuerda a Out of Time, título del séptimo disco de R.E.M. Nosotros tratamos de ser felices, eso sí. Incluso cuando creo que no nos dé para tanto. Somos como esas personas que aparecen en el video de "Shinny Happy People"; bailando, sin preocupaciones, ajenos a todo. De nuevo el tiempo como metáfora de lo inalcanzable. Estar fuera de su ritmo no es tan malo, pienso.
3. Afuera hay contingencia ambiental. Llevamos semanas sumidos en una nata horrible de smog y, en las primeras horas de la mañana, las calles se cubren de una bruma que los románticos insisten en ver como niebla. Cada situación, sobre todo las adversas, conducen a ver el lado bueno de las cosas. Instinto de supervivencia le llaman. Yo agradezco estar dentro de mi hogar y evitar el tráfico mientras escucho "Killer Cars" de Radiohead. No obstante, algo es cierto: la sensación de estar a salvo es muy frágil siempre.
4. "Es lo mismo afuera", dice Sufjan Stevens en "Flint (For The Unemployed & Underpaid)", en donde se apropia de la voz de un hombre que se lamenta por haber perdido su empleo y teme morir solo en la calle. A mí la tragedia no me alcanza para tanto. Sólo temo por los recibos que acaban de llegar hace un par de días.
5. La verdad es que no estoy solo. Una amiga me dice que están contratando en "X" medio. Yo le digo que aún no estoy listo para volver a una redacción después de haber pasado años en una. Le digo que lo veo como cuando se termina una relación amorosa larga; lo mejor es sobrellevarla con la ayuda de cualquier cosa excepto otra relación seria. Eso y un saludable tiempo a solas. Así, a manera de ex novio ardido, busco canciones resentidas en contra de mis antiguos (o futuros) jefes. "Soul Suckin' Jerk" de Beck me parece apropiada.
6. Mi roomie, por su parte, es más optimista. A ella, por alguna razón, le ha dado más por escuchar reguetón en los últimos días, en particular a Tomasa del Real, una chilena que es famosa sobre todo en Soundclud. Me pongo a ver sus videos en las pausas que tomo mientras redacto mi CV; una especie de grabaciones caseras en las que aparece cantando sus temas desde la sala de su propia casa. La chica es simpática y muchos la adoran. Pienso que no sería mala idea convertirme en un youtuber del reguetón. Quién sabe... quizás hasta resulte un mejor plan que seguir dedicándome al periodismo.