¿Ojo por ojo?

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¿Ojo por ojo?

Los belgas mataron negros en el Congo, asesinaron a mucha gente explotando sus minas

La frase “Ojo por ojo, y diente por diente” que muchos conocen por la Biblia, se remonta a siglos antes de que este libro fuera escrito. 

En realidad, el dicho proviene de la antigua cultura mesopotámica, una civilización que floreció mucho antes que los griegos y romanos.

“Ojo por ojo...” es una paráfrasis de Código de Hammurabi, una colección de 282 leyes inscritas en una columna de piedra que fue encontrada por arqueólogos franceses en 1901, en la antigua ciudad de Susa, hoy Irán. Hammurabi, fue el más célebre de los reyes de Mesopotamia y su Imperio gobernó en Babilonia, 1750 años antes de la llegada de Jesús a la tierra.

Pero esta frase de “ojo por ojo”, se utiliza a menudo con motivaciones reprobables e indignas: la venganza, un sentimiento tan antiguo como la presencia del hombre en la Tierra, un poderoso instinto que ha marcado nuestra historia evolutiva y que se ha hecho presente en nuestra cultura impregnándola de tal forma, que comúnmente creemos es el único camino para revertir la frustración intelectual, irritación social y el sentimiento de que nos han quitado algo, lastimado o traicionado.

Para gente como usted y como yo, la venganza, es una respuesta natural después de haber padecido una afrenta grave; es un acto de justicia, una forma de restaurar el equilibrio. Se trata pues, de una fuente de poder pero que tiene un problema: La venganza solo ha eternizado los conflictos y elevado los odios. Ahí tiene a árabes, judíos y cristianos matándose por milenios logrando solo una cosa…Perpetuar la venganza. Gandhi lo resumía diciendo: “Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”.

Fue esa ceguera la que motivo el atentado en Bruselas, un hecho que causó la muerte de 31 personas e hirió a 340. El grupo terrorista “Estado Islámico” quién se adjudicó este espectáculo sangriento de alcances globales, dijo que atacaron en Bélgica porque es un país que participa en la coalición que combate al “ISIS” y que es liderada por EU.  La comunidad internacional condenó la barbarie yihadista, empeñada en imponer un “Califato global”, la fe de Mahoma sobre todos nosotros. Algo muy parecido, a lo que hicieron los cristianos durante las cruzadas o la evangelización de América.

Pero no todos condenaron el terrorismo en Bruselas. Aquí en tierras saraperas, el “defensor de los derechos humanos”, el sacerdote católico Pedro Pantoja dijo en entrevista y cito textual: “Europa no debería de quejarse de los ataques perpetrados en Bruselas, Bélgica, pues ellos han hecho mucho daño a otros países. Europa es culpable, tuvo un colonialismo salvaje, de manera que no se quejen porque ellos han hecho mucho daño.

Los belgas mataron negros en el Congo, asesinaron a mucha gente explotando sus minas. ¿De qué se quejan ahora? Ellos están pagando, es decir, no es que esté bien lo que hacen los terroristas, pero antes ellos asesinaron a cantidad de pueblos en África y en otras partes de Asia”. Se trata de la aceptación del “Ojo por ojo” como acto de remediación. Una gran declaración viniendo de un sacerdote jesuita quien se “autonombra” defensor de los derechos humanos y causas progresistas y quién asegura fue alumno durante su estadía en París del filósofo francés Michel Foucault.

Pero algo pasó porque yo creo que el padre Pantoja no leyó o aprendió muy poco de Foucault. O quizás no fue a clases o se quedó dormido el día en que el genio francés platicó a sus alumnos sobre su libro “Vigilar y Castigar”, en donde condena el castigo a los delincuentes por ser en ocasiones más una venganza soberana, que una forma de reparar el daño. Lo mismo hicieron los yihadistas de Bruselas, cometiendo un rito primitivo, un acto repugnante, actuando con premeditación, racionalidad y sin prisas y matando a decenas y cercenando a cientos de personas más.

Hicieron lo mismo que el rey Leopoldo II de Bélgica, uno de los mayores genocidas de la historia en la brutal ocupación del “Congo belga” durante el siglo pasado, pero ¿esto hace justificable la venganza? 

Al final de todas estas explicaciones nos podríamos preguntar: ¿Cómo hará el padre Pantoja para justificar ante el Dios de sus creencias, su aceptación del terrorismo que mató y mutiló a cientos de personas en Bruselas? 

@marcosduran