ESTIMADA ANA:
 
Hola Ana, soy una chica de 19 años de piel morena clara, un poco quemadita, como todos. Aquí el problema es que a mi novio le encantan las mujeres de piel blanca y digo que le encantan porque, no para de idolatrarlas.
 
Ya me tiene harta, soy muy celosa y eso me repugna, pues me siento muy poca cosa por ser morena. Él no tiene empacho en decir en todo momento que prefiere a las mujeres blancas y que eso nunca va a cambiar.
 
Le pregunto que entonces qué hace conmigo y dice, yo no tengo ningún problema en que seas morena. Pero a mí me acompleja que se la pase idolatrando a las mujeres blancas, incluso me he molestado y he dicho que las rubias son demasiado tontas y el sale con que hay morenas también, osea ¡luego luego a defender!
 
Dice que yo odio a las personas de tez blanca o rubias, y no es así, porque tengo familia de tez blanca, pero en serio me acompleja mucho sólo pensar en eso, trato de no hacerlo pero diario que veo a una tipa blanca, capta la atención de él, y me duele mucho porque yo lo quiero y el color de piel jamás se podrá cambiar, además retumba en mi cabeza eso de “es que de preferencia mi gusto son las blancas” ¡Ayuda! 

Karla
 

ESTIMADA KARLA:
 
Definitivamente lo peor que puedes hacer es sentirte acomplejada por tu tono de piel y mucho menos estar manifestando que sientes celos porque a tu novio le gustan las mujeres de piel blanca.
 
Jamás permitas que alguien te ofenda por tu tono de piel, debes de sentirte feliz y segura siempre, no solo por tu exterior, sino por tu interior, tu forma de ser o tu carácter, pues al final, es eso lo que nos une a nuestra pareja, familia o amigos.
 
Pero, cabe aclarar también, que tu novio jamás te ha ofendido, eres tú la que se siente ofendida cuando él expresa sus gustos, que si lo vemos fríamente, es algo que en determinado momento hacemos todos, incluso tú. 

Es sorprendente el grado de superficialidad al que llegan los jóvenes hoy en día. Te aconsejo que no te rompas más la cabeza por el color de tu piel, en realidad es una cosa que no puedes cambiar.
 
Intenta aceptarte como eres, tu autoestima debería formarse por otros factores que no tengan que ver con lo físico. ¡Ánimo!

ANA
 

“No tienes que ser herido para sentirte bien,
no tienen que ser heridos para hacer sentir bien a nadie.

Ser víctima nunca ha sido una virtud.

Ser feliz jamás ha sido un pecado.

El mundo se ha llenado de sufrientes reclamando atención,
pero aún hay valientes que hacen uso de su libertad,
libertad de tomar elecciones, de asumirlas,
de equivocarse si es necesario y de saber darle la espalda a la culpa sostenida.

No tienes que ser como nadie,
es suficiente con que sigas siendo tú sin sentirte culpable.

En ocasiones la mejor manera de ayudar a quienes sufren, es mostrarles el camino de la confianza, en nuestra propia dignidad de ser, aqui y ahora”