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‘Odio leer’
Esta semana ofrecí un taller de activación lectora para adolescentes en forma virtual y una pregunté que realicé fue: “¿A quién no le gusta leer?” Una chica de 10 años levantó su mano y comentó: “A mi maestro, no me gusta leer.” Y al preguntarle el por qué, contestó “Porque no entiendo lo que leo.” Y le volví a cuestionarle “¿por qué dices que no entiendes?” Y su respuesta me impactó: “Maestro, en esta pandemia mis papás me obligan que lea una hora todos los días. Estoy leyendo el Diario de Ana Frank y por más que trato de entenderlo no puedo y me enoja. Odio leer”. Entiendo que muchos papás les preocupa que sus hijos tengan el hábito de la lectura y más en estos tiempos que no quieren leer y se la pasan más tiempo en su celular o tableta. Sin embargo, hay que tener cuidado con el material de lectura. Debemos evitar los 4 peores enemigos que destruye la motivación lectora: Primero, debemos buscar contenidos y vocabulario que estén de acuerdo con su edad. Algunos papás piensan que es muy importante que empiecen a leer los clásicos de la lectura, pero su lenguaje es demasiado abstracto. Un chico de 13 años me comentaba que sus papás lo forzaban leer la obra de Don Quijote de la Mancha. Claro que es un libro extraordinario, pero no para adolescentes. Un niño que no entienda lo que lee va a ocasionar baja a su autoestima “NO PUEDO” ocasionando evitar la lectura a toda costa. Segundo, busquemos contenidos que sean interesantes y motivantes a nuestros hijos. Si a nuestros hijos les gusta el tema de los aviones, busquemos revistas con muchas imágenes y pedirles que las lean o si están motivados para editar videos en TikTok, entonces, busquemos artículos de edición de videos para que los lean. La emoción de la motivación es un sentimiento muy poderoso que los moverá y desearán leer. Tercero, cuidemos el tiempo de lectura. La mayoría de los papás piensan que deben leer mucho tiempo para que aprendan y adquieran el hábito lector, sin embargo, la lectura requiere mucho esfuerzo, persistencia y concentración y si no está acostumbrado se cansará y ya no querrá leer. Cuarto, evitamos la iniciativa de lectura de nuestros hijos. Por muchos años los chicos no leían hasta que surgió Harry Potter. Fue un parteaguas. En el taller de lectura que ofrezco una chica comentó: “Maestro, a mí no me gustaba leer, pero ahora estoy leyendo la saga de Harry Potter. Voy en el cuarto libro. Ahora me encanta leer y mis papás me obligan que deje de leer porque me la paso todo el día con el libro en mis manos”. Esto es extraordinario. Muchos papás piensan que este libro no es un clásico, sin embargo, lo importante es que el chico lea. Claro hay revisar su contenido que no se dañino para la mente de nuestros hijos como fueron los libros Las 50 Sombras de Grey que adolescente lo leyeron. Por supuesto, este tipo de “literatura” no era adecuada para los adolescentes. Sin embargo, muchas mamás lo permitían con tal que leyeran. No lo podemos permitir.
La lectura es una habilidad esencial para la escuela y la vida. Un muchacho que no pueda o no quiera leer lo estamos poniendo en un camino de mediocridad y poco desarrollo. Hoy más que nunca se necesita tener la habilidad y actitud de aprender en forma rápida, eficiente y permanente para adecuarnos a los nuevos retos que enfrentamos. Y como decía el filósofo griego Heráclito de Éfeso en el siglo V a.C. “Lo más constante en esta vida es el cambio.” “Nunca te bañarás dos veces en el mismo río”. Y la lectura proporciona el contenido para aprender y lograr adaptarnos a los cambios del entorno.