Usted está aquí
Obispo belga critica el decreto del Vaticano sobre las parejas gays
Un obispo belga criticó al Vaticano por su dictamen de que la Iglesia católica no bendecirá las uniones homosexuales porque Dios “no puede bendecir el pecado”.
El obispo de Amberes, Johan Bonny, publicó una columna afirmando que sentía “vergüenza por mi Iglesia” e “incomprensión intelectual y moral” después de que el papa Francisco autorizara la respuesta “negativa” a una consulta sobre si los religiosos católicos tienen autoridad para bendecir uniones entre personas del mismo sexo.
La respuesta oficial decía que Dios “no bendice ni puede bendecir el pecado”.
Bonny, que en 2015 participó en un sínodo en el Vaticano sobre el matrimonio y la familia, escribió: “Quiero disculparme con todos aquellos para los que esto resulta doloroso e incomprensible”.
La posición del Vaticano agradó a los conservadores, desanimado a los defensores de los católicos LGTB y complicado un debate en la Iglesia católica alemana, que ha liderado la conversación sobre cuestiones controvertidas como las enseñanzas católicas sobre la homosexualidad.
Bonny dijo estar decepcionado por el nivel de la discusión en la nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la oficina de ortodoxia del Vaticano.
“Estoy enojado porque esta clase de textos no alcanzan siquiera el nivel intelectual de escuela secundaria. La simplicidad de los argumentos es estremecedora”, dijo a la televisora belga VRT.
El documento de la Congregación distinguía entre bendecir las parejas homosexuales y la acogida y bendición de los homosexuales en la Iglesia, que sí respaldó. El texto argumentaba que esas uniones no forman parte del plan divino que prestarles cualquier reconocimiento sacramental podría confundirse con el matrimonio.
El Vaticano sostiene que los homosexuales deben ser tratados con dignidad y respeto, pero que el sexo homosexual es “desordenado de manera intrínseca”. Las enseñanzas católicas indican que el matrimonio es una unión de por vida entre un hombre y una mujer, incluido en el plan de Dios y con el propósito de crear nueva vida.
La oficina de ortodoxia argumentó que las parejas homosexuales no pueden ser bendecidas por la Iglesia católica porque no forman parte de ese plan.
Dios “no bendice y no puede bendecir el pecado: Bendice al pecador, para que pueda reconocer que forma parte de su plan de amor y permita ser transformado por Él”, indicó el texto del Vaticano.
En su columna de opinión en el periódico belga De Standaard, Bonny replicó que “el pecado es una de las categorías teológicas y morales más difíciles de definir, y una de las últimas que atribuir a las personas y a su forma de vivir juntas”.
La Congregación para la Doctrina de la Fe emitió un decreto similar en 2003 en el que indicaba que el respeto de la Iglesia por los homosexuales “no puede llevar de ningún modo a aprobar el comportamiento homosexual o reconocimiento legal de las uniones homosexuales”.
Bélgica es un país de firme tradición católica con fuertes lazos con el Vaticano. Pero el número de creyentes y la asistencia a las iglesias han caído en las últimas décadas.
El país está lleno de iglesias grandes y pequeñas, pero casi siempre, sus anuncios por fallecimientos superan a los de bautismos.