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Obama, ¿el anti-Trump?
No va a ser candidato en las elecciones presidenciales que se celebran en noviembre en Estados Unidos, pero el presidente Barack Obama poco a poco ha venido asumiendo el papel de ser el anti-Trump y de cuestionar al principal candidato a la presidencia por el Partido Republicano como ningún candidato demócrata podría hacerlo.
En momentos en que Hillary Clinton y Bernie Sanders están aún disputando su nominación en las elecciones primarias del Partido Demócrata, la tarea de articular un mensaje en contra de Donald Trump ha recaído en Obama, pues de llegar el magnate a la presidencia constituiría un enorme retroceso a su legado y a las políticas que ha impulsado. Pero ahora, los demócratas están trabajando duro para hacer un contraste entre Obama y Trump a fin de para retratar al republicano como un candidato que no tiene la estatura para ser P)presidente.
Durante meses, Obama había evitado sucumbir al fragor de la campaña presidencial o dejar que la brega electoral lo distrajera de cumplir con su agenda del gobierno. La Casa Blanca evadía las preguntas acerca de las controversias que a diario suscitaba la campaña de Trump, al evitar que el mandatario se convirtiera en una especie de analista de la carrera presidencial que busca su sucesor.
Cuando Obama se metía a opinar sobre el tema, era solamente para hacer aserciones implícitas del "fenómeno Trump", como cuando dijo en septiembre que "Estados Unidos ya es una gran nación", una referencia no tan velada de la promesa del candidato de hacer a Estados Unidos una gran nación otra vez (en inglés "Make America great again").
Ahora las críticas en contra de Trump son más frecuentes y espontáneas. Cuando el martes se le preguntó si las propuestas de Trump ya le estaban haciendo daño a las relaciones de Estados Unidos con otros países, la respuesta de Obama fue inequívoca: "sí".
"Constantemente los líderes de otros países me hacen preguntas acerca de las sugerencias más chifladas que se han hecho", dijo Obama. "Ellos no esperan que se hagan afirmaciones que no son totalmente confirmadas que salgan de la Casa Blanca. No podemos darnos ese lujo".
El Comité Nacional del Partido Demócrata rápidamente hizo circular el vídeo con las declaraciones de Obama para ilustrar el argumento de que Trump "simplemente no tiene el temperamento requerido para ser el Comandante en Jefe" de Estados Unidos.
Aun así, al llamar la atención acerca de las posturas de Trump, la Casa Blanca corre el riesgo de elevar el perfil de Trump, al tiempo que le da a los críticos de Obama razones para apoyar al multimillonario magnate de la finca raíz.
Obama ha dicho varias veces que no cree que Trump vaya a ganar mientras que funcionarios de la Casa Blanca dijeron que no hay un esfuerzo concertado para hacer que Obama se convierta en un personaje visible en los debates electorales. Después de todo, cada minuto que Obama gasta hablando de Trump es un minuto menos que le dedica a muchas de las tareas que tiene pendientes.
En la última controversia, Obama se refirió a la propuesta de Donald Trump de obligar a México a pagar por la terminación del muro fronterizo al amenazar que va a impedir el envío de remesas que los migrantes mandan a sus hogares. Preguntado sobre la propuesta, Obama rebatió punto por punto la iniciativa y argumentó que, de aplicarse, aumentaría la cantidad de migrantes que vendrían a Estados Unidos sin autorización y que era imposible rastrear todos los envíos.
"Buena suerte con ese tema", dijo.
Las aseveraciones públicas de Obama hacia Trump, que por años ha hecho afirmaciones incorrectas del mandatario acerca de su certificado de nacimiento, y que se remontan a 2011, cuando Obama se burló del candidato republicano en la glamorosa cena anual para los Corresponsales de la Casa Blanca. Trump se veía humillado mientras Obama lanzaba bromas en televisión nacional.
Obama, al hacer eco a un mensaje más amplio de los demócratas, ha dicho que Trump no es el único candidato republicano que tiene una retórica "draconiana" acerca de los mexicanos, los musulmanes, y otras comunidades. Pero el centro de las críticas ha sido Trump que tiene las mejores opciones, matemáticamente hablando, de lograr la nominación del Partido Republicano pese a que el senador Cruz ganó las primarias en Texas y Wisconsin.
Aunque Clinton y Sanders han atacado duramente a Trump, ninguno de los dos se han podido enfocar en el candidato republicano pues la batalla por lograr la nominación aún no termina. Obama no ha apoyado oficialmente a uno u otro candidato o ha hecho campaña por alguno de ellos, lo que ha dejado los ataques hacía Trump como su única incursión en la campaña presidencial al momento.
La Casa Blanca ha dicho que una vez el Partido Demócrata escoja a su candidato, Obama va a hacer campaña por él, y que va ayudarle a recaudar dinero y a trabajar con sus partidarios. La vocera de la Casa Blanca, Jennifer Friedman, dijo que Obama va a pintar el panorama electoral como una alternativa entre quien va a continuar con sus políticas o quien abruptamente va a cambiar de curso.
"Esta es una escogencia que no se va a hacer a la carrera y es algo que él va a poner en la mente del votante estadounidense con una frecuencia cada vez más intensa en las semanas y meses que vienen", dijo Friedman.