O están conmigo o contra mí

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O están conmigo o contra mí

El sábado pasado el Presidente de la República, dijo con todas sus letras algo que lo ha caracterizado desde que asumió el poder, para él no hay intermedios, excepciones posibles, matices, coincidencias en algunos temas, pero diferencias en otros, para él, las únicas opciones posibles son: o estás a favor de la transformación del país (la que él encabeza, por supuesto) o estás en contra de la misma.

Postura que de entrada denota su limitada visión del mundo y su total desprecio por los valores democráticos, ya que, ante todo, la democracia implica pluralidad, diferencias, muchas posiciones coexistiendo y preferencias que varían a través del tiempo, las cuales deben ser respetadas y no debe haber interferencia del Estado, por ello, resulta absurdo que el Presidente de un país pretenda limitar y encajonar, reduciendo las opciones factibles a dos, que difícilmente representarán a la mayoría.

Para ilustrar lo anterior basta recordar que una buena parte de la comunidad científica del país y de los creadores de cine apoyaron a Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial, de hecho, muchos de ellos aún están de acuerdo con gran parte de sus posiciones, pero no por ello coinciden en la desaparición de los fideicomisos que sirven para el financiamiento de los centros públicos de investigación o el fondo de inversión y estímulos del cine. El punto es que una misma persona puede tener puntos de encuentro y diferencias con las posturas del Presidente y eso es sano en cualquier democracia.

Algo que quizá no ha entendido el Ejecutivo Federal es que la crítica es vital en cualquier país y quienes la practican no tienen por qué ser sus enemigos, ni siquiera sus adversarios políticos y no entenderlo lo hace ver intolerante e incluso deja entrever visos autoritarios.

Otro error que se desprende de la visión del Presidente, es poner en una misma caja a todas las personas que no piensan como él, que en realidad representan una amplia gama de posiciones, al que él coloca forma incorrecta la etiqueta de conservadores, cuando en dicho grupo sin duda hay conservadores, pero también liberales, socialdemócratas, comunistas y muchas personas que no se autodefinen en ninguna corriente, de hecho, como ya lo mencionamos, en este grupo a veces se ubican hasta obradoristas, cuando en algún tema disienten con el Presidente.

Obrador se suele concebir como un socialdemócrata de tendencia liberal, sin embargo, hay muchas decisiones que ha tomado que no encuadran con ese perfil y que con justa razón personas liberales o de izquierda, le pueden reclamar, por ejemplo el caso específico su posición ante el aborto o la violencia de género, la negativa de su partido a establecer un ingreso único universal, su falta de compromiso con la generación de energías limpias, la militarización de las tareas de seguridad, es decir, muchas posiciones que no caen en el campo de los conservadores y que incluso sus simpatizantes podrían defender. 

Por tal motivo, resulta imprescindible que el Presidente comience a tener una posición más tolerante, que entienda que las notas de periódico, las manifestaciones, las críticas o la oposición a sus políticas son parte del juego y son sanas para permitir que todas las voces sean escuchadas en el ámbito público, evitando de esa manera la alta concentración del poder en una persona o partido, porque si de algo no se puede quejar, aunque si lo hace, es que es el Presidente desde Salinas que al momento de implementar su agenda, ha tenido menos trabas.