Ya son muchas las voces que se escuchan para pedir nuevas elecciones y reponer el desaguisado electoral del pasado 4 de junio, en donde se “eligió” a Miguel Riquelme para el nuevo período sexenal en la gubernatura de Coahuila. Desde medios impresos y programas televisivos a nivel nacional y regional, los periodistas, analistas, funcionarios electorales  y dirigentes  políticos esperan ya el anuncio oficial de la anulación de los comicios y el nuevo proceso electoral. El PRI y el PAN tendrán que postular nuevos candidatos, y al parecer no aparecerán en las boletas ni Riquelme ni Anaya, por haber excedido ambos los topes financieros en sus campañas. 

Los integrantes del Frente por un Coahuila Digno, que mediante pruebas contundentes presentadas a los árbitros electorales, están logrando que se organice un nuevo proceso electoral, son ahora quienes tienen la palabra. De los acuerdos que ahí se tomen depende el futuro político de Coahuila. Panistas, udecistas, morenistas, petistas y los independientes tienen en lo inmediato una responsabilidad política y social con sus votantes, simpatizantes y con toda la ciudadanía que no votó por el PRI. Llegar a acuerdos para elegir al candidato que deba abanderar la nueva lucha electoral y no se eche por la borda lo ya logrado deberá ser el principio ordenador en las discusiones. En los recientes comicios llevados a cabo en entidades y municipios en los que se han anulado las elecciones por trampas de gobiernos y políticos priistas, los resultados de los nuevos ejercicios electorales volvieron a dar como ganadores a los candidatos del PRI. Por la sencilla razón de que han pesado más las ambiciones personales y los egos que las razones y los principios cívicos. 

Programas, propuestas o plataformas políticas deberán llenar la mesa de los debates en los próximos días, y no las presiones partidarias. Las alianzas significan suma de propósitos y de experiencias, los panistas tienen mucho que contar en estas andanzas, no aferrarse a sus propios cuadros es de sentido común, y ya empiezan a circular por ahí nombres de “juniors” que poco ofrecen en una nueva etapa de lucha política, inédita en Coahuila. El empresario saltillense Isidro López tiene la madurez y experiencia para lograr un cambio para nuestra entidad. Otro posible político con tablas y trayectoria limpia es Javier Guerrero, quien desde las últimas posiciones remontó hasta disputar en serio los votos a los partidos políticos en el proceso electoral del 4 de junio. Deberá ser más que nada una candidatura ciudadana, y creo que contamos con la madurez política para inaugurar en Coahuila esta alternativa. 

La última y nos vamos
De acuerdo con los expertos, en este caluroso mes de julio los árbitros electorales podrían decidir nuevos comicios en Coahuila. Otro escenario es el alargue en los pasillos judiciales y que la disputa continúe hasta finales de año, cuando el Pleno del TRIFE decida si hay o no causales para anular los resultados y convocar a nuevos comicios, que podrían realizarse junto con las elecciones del 2018. Podría haber un interino en Palacio Rosa mientras esto sucede. Considero que esta última posibilidad podría traer consecuencias negativas para la vida política y social de nuestra entidad. Reponer ya los comicios es la alternativa más sana y menos costosa.