En estos primeros días del año presenciamos cambios sociopolíticos en el mundo, y más aún en nuestras regiones, antes impensables. Al norte del Río Bravo la sociedad norteamericana, encabezada por mujeres, demostró su repudio al nuevo Presidente de aquel país, el bocón Trump no tendrá tranquilidad en su mandato que recién inicia. Y podríamos estar ante el umbral de una nueva guerra fría, los líderes de China y la URSS ya manifestaron su desacuerdo con las primeras medidas del mandatario gringo. Algunas grandes empresas se niegan a seguirle el juego, puesto que en la lógica del capital, primero están las ganancias y después las mesiánicas creencias de los políticos.

En nuestro país, las manifestaciones tumultuarias demuestran un gran rechazo a los aumentos de precio en las gasolinas. Haya razón o no, los ciudadanos no admiten seguir cargando en sus espaldas el pésimo manejo de las finanzas públicas. En el fondo de este comportamiento están los episodios vergonzosos de la corrupción y la impunidad del grupo gobernante.  Y además estamos en año electoral en varias entidades del país.

En  Coahuila la pelea apenas inicia. Han terminado los registros de candidatos y precandidatos, y los partidos políticos se atrincheran para pelear el voto ciudadano durante los próximos cinco meses.  En el debate, lo que está en juego es la continuidad o el cambio. Doce años ya de un gobierno con apellido Moreira, y el exalcalde de Torreón sería el llamado a continuar el proyecto familiar por otros seis años, versus una alianza partidista  con PAN, PRD y UDC, los más fuertes, sumados a otros  más locales aún. La tercera fuerza es la novedad política de estos comicios, con la participación de Javier Guerrero como candidato ciudadano. Esto es, candidato independiente, que en esta querella política la tiene cuesta arriba; conseguir las firmas que lo avalen para su registro, en donde los simpatizantes del sampetrino, deberán llenar un formato engorroso y enfrentar las veladas amenazas de los sicarios políticos del gobierno que termina.  La mesa está puesta.

Estimado lector, este es el primer artículo que someto a su respetable opinión, después de una larga sequía como escribidor en estas páginas, he regresado gracias a la cortesía de los directivos de esta Casa Editorial en donde colaboré junto a su fundador. Nos leeremos el próximo martes.  

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