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Al parecer, se juntaron varias sandeces, que siempre son realizadas por personajes que tienen el nivel del suelo, en unos cuantos días, cosa a la que deberíamos habernos acostumbrado al finalizar este sexenio que se ha caracterizado por el cinismo, la corrupción, el despilfarro, abusos constantes en todos los campos de parte de los gobernantes y, por otro lado, la desesperanza, el crecimiento de la pobreza y la angustia de los familiares de las víctimas de las desapariciones. Todo un reto para cualquiera que conozca un poco del pasado mexicano.
Enrique Peña Nieto tuvo una participación en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) encantadora: urgió a los países del mundo entero a respetar los derechos humanos. ¡Vaya, un sinvergüenza!, con 135 mil asesinados y 37 mil desaparecidos en su patria. ¡Qué cara dura! ¿Creerá que los demás le creen?
Ahí mismo, en Nueva York, a diferencia de nuestro presidente, el de los Estados Unidos de América puso a reír a todo el auditorio con sus chistes involuntarios. Menos mal, es –de acuerdo consigo mismo– el mejor presidente que ha tenido esa nación. Olvídese de Obama, Lincoln, Roosevelt y Clinton.
No se quedó atrás Nicolás Maduro, que habló también de democracia, derechos humanos y soberanía. Se le olvidaron los tres millones de venezolanos que abandonaron la Patria Bolivariana. Tal vez andan buscando El Dorado, que, según las crónicas del Siglo 16, podría encontrarse en Venezuela o, también, en Colombia. Allá van…
En Saltillo, Fuerza Coahuila y demás cuerpos policiacos enfrentaron a los enemigos del régimen, esos eternos resentidos que andan en busca de dinero, los profesores jubilados. Vea usted: 100 policías fuertemente armados reprimiendo a maestros gastados, envejecidos (por el tiempo, el desaliento y las enfermedades), que no tenían otra cosa qué ofrecer a la fuerza bruta que sus cuerpos. ¡Esos maestros pagaron sistemáticamente un seguro durante 25 o 30 años, y lo único que exigen es que les regresen lo que ahorraron previendo la vejez y la enfermedad!, ¿dónde quedó su dinero?, ¿sabe usted quiénes son los que reciben la mayor cantidad mensual por jubilación o pensión? Son varios exgobernadores y varios exfuncionarios de alto nivel. Y a ellos nunca les falla la mensualidad.
Una verdadera pifia cometió el hombre al que miles de personas admiramos por décadas, Cuauhtémoc Cárdenas. Fue a Barcelona y, por propio pie, buscó al separatista catalán Quim Torra, el fascista que dijo que los españoles son animales, sabandijas, monos, seres despreciables… Torra agradeció al mexicano haberlo buscado y de inmediato hizo pública su entrevista: el hijo del general Lázaro Cárdenas, protector de los españoles ante la dictadura de Franco, apoyaba la independencia de Cataluña. ¡Cárdenas atacando a Cárdenas!
Dentro de estas “novedades”, pero desde un terreno absolutamente distinto, quiero destacar la vida de un hombre generoso y luchador que murió esta semana. Hablo de Daniel González Rodríguez, que fue uno de los fundadores de la Universidad Autónoma del Noreste y sin el cual ésta no hubiese tenido las posibilidades que tuvo. Daniel puso durante años los recursos económicos que hacían falta, desde la nómina quincenal hasta cruzar su firma en los bancos (exponiendo su propio capital). De ahí que cuando un grupo de laguneros robó las instalaciones del campus Torreón de la UANE, Daniel brincara enfurecido contra los facinerosos. Y su más grande decepción fue el hecho de que un delito de ese tamaño, condenado por el sistema judicial local y federal, recibiera el apoyo irrestricto del gobernador Mendoza Berrueto y su secretario de Educación, el profesor Arreola. Yo estuve presente en la audiencia con Berrueto y recuerdo que Daniel González le dijo en voz alta que él estaba en ese puesto para hacer cumplir las leyes, no para apoyar a los delincuentes. Berrueto, evidentemente, se levantó de la mesa y nos dejó plantados.
Daniel era una gran persona, “un justo” como lo reconocería la tradición bíblica, aunque me parece, por lo mucho que conversé con él, que no era creyente. Bien, pienso que eso lo hacía ser tolerante, comprensivo y muy, muy generoso.