Noruega, la mejor economía, es estatista y no aspira al modelo privatizador

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Noruega, la mejor economía, es estatista y no aspira al modelo privatizador

No hablamos ahora del nuevo museo nacional que abrirá en 2022, ni de una estructura/museo como La Ballena, que permite hacer avistamientos de cetáceos, ni del arte urbano o la Ópera de Oslo, aunque nos refiramos de ellos tangencialmente debido a que estas manifestaciones son posibles en un entorno óptimo. Abordemos entonces a Noruega, como un país con fortaleza económica, social y política. ¿Y esto qué tiene que ver con México, si estamos lejos y somos “tercermundistas”? 

Pues, tiene que ver, por ejemplo, con que su economía se basa en el petróleo. Esto, porque desde hace rato y hasta los próximos meses, se debate el modelo económico mexicano que nos gobernará y que no es cosa menor, aunque muchos no sepamos ni qué es el modelo económico que se expone pobremente en medios o en spots pagados por nuestros impuestos.

Hagamos entonces un comparativo, con el caso de Noruega, para imaginar qué queremos como nación. Es impresionante cómo, un país devastado por la segunda guerra mundial, se levantó de sus cenizas y es ahora un modelo. Es el tercer exportador de petróleo en el mundo, y está migrando hacia cambios ambientales en este sentido, por supuesto, pero ahora, vive del petróleo. Y bueno, veamos otros de sus componentes.

La economía noruega está controlada por el Estado y esto no asusta a sus ciudadanos (se trata de Noruega pues, todos sajones, a ver si este dato vende bien en la mal auto valorada América latina). Les comparto los nombres de algunos partidos políticos que allí perviven, por eso del terror que hay, sustentado en cero lecturas, al “populismo” y al “comunismo del diablo”: el Partido Laborista que se encuentra con mayoría en los escaños, el Partido de Izquierda Socialista, el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Comunista, entre otros.

Pues bien, su economía está basada en el petróleo, la industria y el turismo -como México-. 

Su éxito tiene qué ver con la combinación de una economía férreamente controlada por el Estado unida al libre mercado. En Noruega se combinan aportaciones de inversión privada con grandes aportaciones del Estado: impuestos de los ciudadanos e ingresos que provienen de la venta del petróleo.

Noruega emplea principios del socialismo del siglo XXI, que incluyen algo que está muy de moda en esfuerzos ciudadanos: la democracia participativa, que no es otra cosa que considerar la voz y el voto, caso contrario a la democracia representativa que tenemos en México.

¿Cómo se redujo la corrupción casi a niveles nulos en un país que tiene centralidad en el Estado? Podría explicarse tal vez por la educación, que es una de las mejores a escala mundial: es pública y es obligatoria hasta los 16 años. No abordaré el método de evaluación de los estudiantes para no ser tachada de soñadora, pero lo importante es que concluyen con alto grado de interés por el mundo. También las universidades son públicas, lo que permite grados de escolaridad superiores al pueblo noruego. Por su parte, las guarderías también son financiadas con recursos públicos y son sujeto a escrutinio ciudadano.

Viven una monarquía constitucional. Su sistema parlamentario (en donde el rey solo tiene funciones ceremoniales) tiene lugar para 165 miembros, seleccionados por votación. 

A diferencia de lo que ocurre en México, existe respeto entre los distintos partidos, aún y cuando no estén de acuerdo en temas vitales. Tienen por norma no deshacer acciones de legislaturas anteriores, garantizando el desarrollo del país y la saludable alternancia en el poder que también estimula una baja tasa de corrupción.

Es el Estado, en Noruega, quien garantiza gracias a altas inversiones públicas, servicios básicos como el agua, la electricidad, la alimentación y la educación. Eso ni se debate ni se suelta, sea el partido que sea, pues saben que allí reside la soberanía.

Por último unas preguntas interiores: el que en países como Noruega sea un deshonor ser corrupto o corrupta, ¿nos causa risa como mexicanos? ¿o burla? Si es así, si pensamos que aquí no es posible ser de otra manera o aspirar a otro modelo social, económico y político, si se juzga esto como un acto ingenuo, esta perecepción conforma la distancia que tenemos con la honestidad y la ética, y da cuenta de lo que es urgente, trabajar.

claudiadesierto@gmail.com