Alumnas de la Escuela Normal Rural Carmen Serdán, en el municipio de Teteles de Ávila, rompieron con los acuerdos que tenían con el gobierno de Puebla para que cesaran las protestas con violencia que se han tenido en la última semana.

La noche del sábado las normalistas, tomaron la caseta de peaje Cuapiaxtla, sobre la carretera Teziutlán-Libres, permitiendo el paso con una "cooperación obligatoria".

Asimismo tomaron por la fuerza los insumos a los que se había comprometido entregar la Secretaría de Educación: 50 literas, 100 colchones, 430 sábanas y 430 cobertores.

En su protesta, las quejosas desconocieron a su nueva directora, Sandra Elena González, pese a que la señalada llegó como cumplimiento a su primera demanda que plantearon el 8 de octubre, al tomar las instalaciones de la escuela, y que era el cambio de titular en este cargo por presuntas anomalías en la administración.

Las quejosas dijeron que no cederían en su movimiento hasta que el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, no pacte una mesa de diálogo que les permita participar en la elección de su nuevo cuerpo directivo.

Al momento, ni la secretaría de Educación y ni la de Gobernación han emitido una postura al respecto.

Las manifestantes tomaron las instalaciones del plantel educativo el 8 de octubre y el día 10 del mismo mes retuvieron dos vehículos de transporte aunque afirmaron que sólo eran "prestados". El viernes 11 de octubre el jefe del Ejecutivo, Miguel Barbosa, se reunió con las normalistas y confirmó diversas anomalías por lo que posteriormente se dio el cambio de directiva del plantel.

Anomalías en el consejo estudiantil

Fuentes que pidieron el anonimato pero que pertenecen al Consejo estudiantil, indicaron que si bien las integrantes del consejo estudiantil que se reunieron con el actual gobernador, Miguel Barbosa, el pasado viernes, vierten sus peticiones a partir de las necesidades de la base estudiantil, muchas de las inconsistencias y desvíos de recursos generados por directivos son cubiertos por las mismas alumnas pertinecientes al consejo "juventud libre".

Indican que piden recursos para su base y no los reparten y que prefieren vender los uniformes que el gobierno les da, y privando a muchas compañeras de lo que les corresponde como alumnas de dicha institución.

"Así que para poder reiniciar un cambio en esta institución no sólo deben ser cambiados los directores sino igual supervisado el control interno correspondiente a las alumnas, pues siempre violan los derechos humanos de cada una de nosotras", indicó la entrevistada.