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No tiene que renunciar a esa comida que lo tienta. Aprenda a controlarse
No puedo decirle la cantidad de veces que escucho ese sentimiento o algo parecido en mi consultorio sentada frente a alguien que siente una profunda vergüenza y culpa admitiendo sus dificultades con la comida.
Mi mensaje es que hay esperanzas. Para los que sienten que sus luchas con la comida son tan profundas y están tan arraigadas que no existe la posibilidad de una paz alimentaria –hay cosas que pueden hacer para sentirse menos caóticos y descontrolados con la comida.
Muchos deciden tratar de evitar totalmente el alimento con el cual pierden el control. Parece lógico a primera vista, pero, para ser honestos, ya sabemos que la restricción desemboca en lo contrario de lo que buscan. La restricción general lleva a que se sientan fuera de control y despojados –aun dándose un atracón.
Por lo tanto, ¿cómo puede desarrollar una relación equilibrada y mentalmente saludable con un alimento en particular que le ha generado problemas anteriormente?
La cuestión es crear nuevas experiencias y asociaciones con esos alimentos. A continuación, tres simples pasos para tratar de generar encuentros positivos con alimentos o golosinas con los que usted haya tenido dificultades en el pasado.
Paso 1: Identifique un alimento que considere problemático y que le gustaría disfrutar periódicamente sin culpa. Es algo probablemente fácil de hacer y es posible que usted ya tenga en mente el o los alimentos después de haber leído la primera parte de este artículo.
Por ejemplo, es posible que haya tenido la experiencia de comer demasiados bizcochos con chips de chocolate cuando hay una reserva en su casa. Cada vez que horneó los bizcochos, terminó descompuesta por comer demasiada harina y además demasiados bizcochos calentitos recién hechos. Cada vez que preparó bizcochos, terminó con dolor de estómago, lamentó haberlos hecho, por empezar, y probablemente se prometió no volver a hacerlos.
Paso 2: Siéntese y visualice experiencias positivas con ese alimento. Puede parecer algo muy New Age, pero realmente funciona. Tómese un momento para visualizarse en una posición vulnerable en torno de la comida e imagínese apartando los pensamientos y los impulsos de darse un atracón o descontrolarse con un alimento, y véase con el ojo de la mente tomando una decisión diferente.
Usando el ejemplo anterior, imagínese un día lluvioso en el que decide preparar unos bizcochos. Imagínese combinando los ingredientes para preparar la masa. Véase disfrutando de ese proceso y absorbiendo la experiencia.
Piense en cómo experimentará los impulsos de pellizcar, darse un atracón o comer masa en exceso, pero imagínese tomando apenas un trocito. Analice cómo tomará una decisión distinta y escuche las señales que le da su cuerpo indicándole cuándo parar. Luego, imagine esos bizcochos tibios recién horneados y piense que comerá apenas uno y disfrutará plenamente la experiencia.
Paso 3: Lleve a cabo lo que visualizó. Ahora es el momento de crear una experiencia positiva para asociarla a un alimento con el que haya tenido dificultades anteriormente. En la medida de lo posible, libere su vida de posibles disparadores, aunque sea durante la media hora en que está haciendo este ejercicio. Deje de lado los miedos, las preocupaciones, las experiencias pasadas, las emociones del día y simplemente deje que se produzca una experiencia positiva.
Una vez que comió con éxito una pequeña cantidad de masa de bizcochos y sólo un bizcocho caliente recién horneado, la próxima vez que se halle en esa misma situación de hornear bizcochos, tendrá una verdadera experiencia en la cual inspirarse que le recordará que es capaz de tomar decisiones distintas. Desarrollar nuevas conexiones en su cerebro teniendo experiencias positivas tiene mucha fuerza, especialmente en lo que se refiere a la comida.
Es fácil creer que no existen posibilidades de practicar un control sobre las porciones cuando se trata de nuestros platos o dulces favoritos, especialmente cuando cada vez que estuvimos frente a ese alimento terminamos sintiéndonos mal, culpables o completamente fuera de control. Pero hay esperanza. Todo se reduce a crear nuevas experiencias y asociaciones con dicho alimento. Inténtelo. Le encantará poder disfrutar verdaderamente dándose un gusto y frenar en “uno” será una meta mucho más alcanzable.