No tengo tiempo

Usted está aquí

No tengo tiempo

Martha sintió algunas molestias en el seno derecho y decidió consultar a su médico. Éste le dio una orden para una mamografía para poder diagnosticar con más precisión sobre el problema. Ella y su esposo habían planeado un soñado y muy pospuesto viaje a diferentes países europeos y por coincidencia el momento de realizar su sueño se hizo realidad. Se involucró en los preparativos para dejar todo previsto en su hogar y su familia y, desde luego, los del viaje. La mamografía fue pospuesta y pasó a olvidarse, tanto, que ni se lo mencionó a su esposo. 2 meses después al regreso, todo fue euforia. Los amigos organizaron reuniones para darles la bienvenida y escuchar las muchas experiencias vividas. Martha no volvió a recordar las recomendaciones de su médico. El tiempo transcurrió fugaz y cuando el alborozo de su viaje se fue asentando, empezó a tener molestias, esta vez más dolorosas, y recordó entonces las órdenes del  médico. Acudió al especialista para que le hiciera la mamografía. Tres días después recibió un aviso urgente para que fuera a por ellas. La alarmó la actitud del radiólogo, y cuando le preguntó que pasaba, el sólo le recomendó que consultara inmediatamente a  su médico. Así lo hizo, y su alarma se incendió cuando este le preguntó si alguna persona la acompañaba a la consulta. Ante la respuesta negativa la invitó a que regresara a la brevedad posible acompañada de alguien de su familia. Ahí mismo llamó a su esposo para que acudiera al consultorio. Este llegó  alarmado por la premura del llamado. Fue hasta entonces cuando ella le explicó lo sucedido. El médico fue muy contundente en cuanto a la necesidad de operar inmediatamente dado el resultado de los estudios. Desgraciadamente el tiempo transcurrido había dado lugar para que el cáncer se propagara hacia los pulmones y el hígado, dañando órganos vitales. El factor tiempo  fue decisivo en este caso; Martha sobrevivió sólo unos meses. Una atención a tiempo pudo salvar su vida.

 Y a propósito de tiempo, algunos años han transcurrido cuando en una ocasión, en una clase, creo que psicología, presenté un trabajo sobre la importancia de la organización del tiempo; y terminé con el siguiente escrito que les transcribo como un mensaje de alerta. Espero les sea de utilidad: 

“SIN TIEMPO…..

ME INQUÉ A REZAR, PERO NO POR MUCHO TIEMPO/ TENÍA MUCHAS COSAS QUE HACER/ ESTO NO ES PARA MÍ, NO PUEDO PERDER EL TIEMPO/ ME TENGO QUE APURAR, PUES MUCHAS COSAS HAY QUE TERMINAR/ Y MIENTRAS DECÍA UNA ORACIÓN APURADA/ SALÍ CORRIENDO/ MI PODER CRISTIANO ESTÁ HECHO, / MI ALMA PODÍA ESTAR TRANQUILA/, PUES EL DOMUNGO HABÍA IDO A MISA YA./ DIRANTE EL DÍA NO TUVE TIEMPO/ DE DECIR UNA PALABRA DE ALEGRÍA/ NO TUVE TIEMPO DE HABLAR DE CRISTO A MI AMIGO,/ PUES TEMÍA QUE SE RIERA DE MI/. DEMASIADAS COSAS QUE HACER/ ESA ERA MI EXCLAMACIÓN CONSTANTE,/ NO TENGO TIEMPO…NO TENGO TIEMPO…/ NO TENGO TIEMPO PARA FORMARME/ NO TENGO TIEMPO PARA DARME A LOS DEMÁS/. Y SIN DARME TIEMPO SE ME ACABÓ EL TIEMPO/…Y LLEGÓ EL TIEMPO DE MORIR,/ I CUANDO AL SEÑOR ME PRESENTÉ/ EL ESTABA DE PIE Y EN SU MANO TENÍA EL LIBRO: EL LIBRO DE LA VIDA…./ ME MIRÓ CON TRISTEZA Y ME DIJO:/ NO PUDE ENCONTRAR TU NOMBRE/ ALGUNA VEZ LO IVA A NOTAR, / PERO NO TUVE TIEMPO”

 Feliz tiempo, organícenlo para que lo disfruten a plenitud. Recordemos que al final…TODOS SOMOS HISTORIA.