No se quitan al Jesús (Valdés) de la boca: Homenaje a un ícono saltillense

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No se quitan al Jesús (Valdés) de la boca: Homenaje a un ícono saltillense

Fotos: Marco Medina
En el marco de la FILA16 se rindió homenaje al actor Jesús Valdés a quien se recordó como un ser amado, enamorado de las artes y las calles de Saltillo

Fue el pasado 30 de septiembre que el bisonte blanco abandonó la vida llevándose el cariño de tantas personas que no sólo lo conocieron sino que lo apreciaron en vida, como quedó demostrado la noche de este miércoles en el homenaje que se le ofreció la noche de este miércoles en la Feria Internacional del Libro en Arteaga.

El ambiente fue muy distinto al que se vivió en la guardia con la que fue despedido el año pasado en el lobby del Teatro de la Ciudad Fernando Soler.

Estaban por ser las 18:00 horas cuando a la Sala Armando Fuentes Quintanilla comenzaron a llegar directores de teatro, actores jóvenes y de antaño, escritores y familia de Valdés, llevando con ellos el deseo de rendir homenaje a una vida que de pronto se compartió con la de todos.

Comenzó con el viaje la actriz Leticia Oyervides quien recuerda haberlo conocido en el 77 durante un encuentro cuando ella estudiaba para maestra en la Escuela Normal Superior y estaba completamente ajena al teatro.

“Yo iba a ser maestra pero Jesús me fue dirigiendo” aseguró la actriz que de a poco fue quedando enganchada con el teatro gracias a las largas charlas con Chuy sobre los autores clásicos.

Familia, actores y seguidores del trabajo dramático de Jesús Valdés, acudieron al evento

“Él me enseñó a caminar y conocer la ciudad”, recordó mientras traía de vuelta aquel hábito del actor de caminar por las calles de Saltillo; largas caminatas en las que si no se callaba, descubría los lugares donde estaban las mejores ofertas para comprar frutas y verduras mientras cargaba una bolsa de Soriana para todas partes.

Leticia tampoco se pudo olvidar de Jesús el bailador, al que había que seguirle los grandes pasos no sólo como histrión sino en los danzones que se aventaban en sus tertulias de amantes del arte en su casa, de la que de pronto los corría para luego, ya más consciente, les preguntaba por qué se habían ido entre la oscuridad de un Saltillo en el que todavía se podía andar sin miedo a altas horas de la noches.

Tampoco dejó atrás al hombre que igual dejaba impresionados a todos con sus platillos que son su presencia en el escenario que llegó a cautivar a muchos y que colocó a la ciudad como un semillero de talentos nuevos.

Tras años de aventuras, fiesta y teatro Leticia comenzó a formar su familia y a quedarse un poco más en casa, sin embargo él jamás dejó de llamarla, aunque con su insomnio bien podía hablar muy temprano o muy tarde.

“Me llamaba tanto que cuando contestaba mi hijo le preguntaba que qué era él de mí y cuando le decía que éramos amigos me lo pasaba. Cuando veo el reloj y veo que ya son las 10 me pregunto porque no me habrá llamado todavía. Esas llamadas que extraño… aún no caigo en cuenta”, señaló Oyervides.

Rene Gil, quien también fue invitado a memorarlo también recuerda esas llamadas, solo que a él Jesús Valdés le llamaba a horas más tremendas para contarle que se había encontrado una cana pública o que ‘cuánto le medía’.

“Pues a esta hora no creo que tenga”, le seguía el juego Gil, mientras la familia del actor asentía y se reía al escuchar las cosas que su cercano decía.

Finalmente Javier Treviño sí se unió al homenaje leyendo en compañía de Gil un diálogo que hizo a las carreras pero con el que esperaba demostrar al menos un 10 por ciento de lo que era Chuy.

“Yo lo conocí durante 30 años, pero creo que aquí debió estar alguien que lo conociera mucho más que yo”, mencionaba mientras se preparaba para compartir con el público el texto donde Jesús Valdés y Jorge Villaurrutia comparten una noche en una cantina con música de José Alfredo Jiménez y el ininteligible Alejandro Sanz.

En ‘Estos eran dos amigos’ Treviño recuerda como Valdés amaba la poesía, hace crítica a los dramaturgos que no leen poesía, a los que no son curiosos, a los actores que no llenan el escenario y a las instituciones que burocratiza el teatro y luego le andan haciendo homenajes a los artistas muertos.

“Si algo puedo decir de Chuy Valdés es que desde la persona más sencilla, hasta los más cultos se hacían sus amigos, siempre fue muy querido por todos”, aseguró finalmente Leticia.