Ciudad de México. Tras acceder, recorrer y bendecir la capilla al interior del Cereso No. 3 en Ciudad Juárez, Chihuahua, el papa Francisco sostiene un encuentro con cientos de personas, entre reos, celadores y personal en el lugar.
 
El pontífice saludó a 20 mujeres y 30 hombres elegidos por su buen comportamiento al interior del penal, quienes le entregaron diversos obsequios.
 
Durante su intervención, una de las internas de nombre Evelia Quintana agradeció su visita. “¡Santo Padre, gracias por traernos la ternura y la caricia de Dios!”, exclamó y después el pontífice la abrazó.
 
Un “te amo, Mamá” me anima a seguir viviendo con esperanza en los días de cárcel”, le dijo emocionada.

El papa Francisco recorrió las instalaciones del Centro de Readaptación Social (Cereso) No. 3 y caminó a un lado de decenas de personas reunidas frente a la capilla Cristo El Salvador, que consagró y bendijo.

Una cruz grande y par de cuadros grandes, uno de la Virgen de Guadalupe, adornan el lugar. Justamente frente a la imagen de la Morenita del Tepeyac se inclinó.
 
El pontífice manifestó luego su deseo de que cada una de las personas que se acerquen a este lugar acudan a la Virgen y contemplen la fragilidad de Cristo, “que se hizo pecado y muerto para sembrar semillas de esperanza y resurrección”.
 
Comentó que llevó una imagen de cristal de un Cristo crucificado, “que demuestra la fragilidad de la humanidad y sin embargo con esa fragilidad nos ayuda, nos saca adelante, nos abre las puertas”.