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No puede considerarse milagro que Santo Cristo “abra y cierre los ojos”
La controvertida imagen tomada desde un celular en la que aparece la figura del Santo Cristo supuestamente abriendo y cerrando los ojos no puede considerarse como un milagro, asegura Esperanza Dávila Sota, historiadora de Saltillo, pues aunque dice que sí pueden ocurrir no lo hacen a través del gesto en su figura, sino en satisfacer una petición específica.
“Aunque soy una persona creyente no creo en ese tipo de milagros, realmente creo que los que pueden darse que no ocurren a través de un gesto en su figura. Yo creo que en todo caso el milagro puede referirse a satisfacer la petición de una persona que solicita ayuda al Santo Cristo. Además, él no necesita de eso para manifestarse”, argumenta la historiadora.
En el libro “La Historia de Saltillo”, escrito por el bachiller Pedro Fuentes —sacerdote y uno de los primeros cronistas de Saltillo— se narra cómo en el siglo XVII y XVIII al Santo Cristo se le atribuyó algunos milagros concedidos a los feligreses.
Dávila Sota narra que otro de los milagros que en ese tiempo ocurrieron que un niño de la familia Arizpe —una de las más adineradas de ese tiempo— se cayó mientras jugaba en una barda y resultó ileso tras varias peticiones de su familia.
Anteriormente estos podían contarse a todo el pueblo porque en ese entonces Saltillo era una población muy pequeña. Las crónicas de los milagros lograron sobrevivir gracias a la Novena del Santo Cristo que la impresión más antigua que se conoce es de 1794.
Sin embargo, con el tiempo, los feligreses compraban exvotos —figuras labradas de plata muy pequeña con formas de cualquier parte del cuerpo— para agradecer los milagros concedidos.
“Los milagros (exvotos) que se le atribuyen están de alguna manera expuestos alrededor en los monogramas que están bordados en el altar; pero ya no se usan, así que si la gente siente que el Santo Cristo hizo un milagro a su favor, ya no compra el exvoto para llevarlo a la Iglesia” y señala que ahora el agradecimiento de los fieles ocurre de formas muy personales.
Para la historiadora, la fe ha sufrido modificaciones a lo largo del tiempo, así como la manera de ver los milagros religiosos.
“Saltillo no es el mismo, en el siglo XVII tenía cerca de 2 mil habitantes y no se pueden comparar con los casi 800 mil que hay ahora. Los milagros se van diluyendo porque las personas manifiestan su fe y una devoción de una manera diferente.”.