Puede venir a la comisaría y denunciar la desaparición, pero la policía no puede hacer gran cosa cuando los que desaparecen son adultos. Sin pruebas de que haya ocurrido algo turbio, no podemos llegar a la conclusión de que se ha cometido un acto criminal. La gente tiene derecho a desaparecer si lo desea”.
No llores/Mary Kubica
Usted está aquí
No llores/Mary Kubica
Foto: Especial
La historia comienza cuando el despertador de Esther suena sin cesar despertando a su compañera de piso Quinn, quién sin saber porqué Esther no apaga el despertador se levanta y va hacia su habitación. Allí descubre que la ventana de incendios está abierta y Esther no está. Sin darle más importancia apaga el despertador y se va, pero las horas pasan y Esther sigue sin aparecer. Quinn decide ir a su habitación para encontrar alguna pista de donde pueda estar Esther y se encontrará con unas cartas hacía un tal Cariño. Quinn se empezará a replantearse si de verdad conocía a su compañera de piso.
Por otro lado, Alex, es un chico de dieciocho años que vive en un pequeño pueblo de Michigan. Trabaja en un restaurante del pueblo donde siempre van las mismas personas y nunca sucede nada nuevo, hasta que un día en el restaurante entra una chica totalmente desconocida y que nunca la ha visto por el pueblo. Alex se quedará asombrado con la chica y querrá descubrir quién es y qué hace en el pueblo llegando a obsesionarse tanto que la buscará por cualquier sitio.
“No Llores” es un libro narrado desde dos puntos de vista, el de Quinn y el de Alex, dos historias totalmente diferentes que al final se unirán sorprendiéndonos. Ambos narradores se irán alternado entre los capítulos. Los capítulos no son demasiado largos y algunos resultan pesados, ya que la trama avanza lentamente sobre todo en la primera mitad del libro. Eso sí, el nivel de intriga y misterio es bastante bueno. En todo momento estaremos pendientes tanto de Esther por saber qué ha pasado como de la chica desconocida por descubrir quién es.
No llores
Mary Kubica
HaperCollins
289 páginas