Las embajadas centroamericanas tienen por costumbre deslindarse de sus connacionales que sufren algún accidente grave como la amputación de alguno de sus miembros, reveló una fuente del Hospital General, donde esta semana fue atendido un migrante hondureño que sufrió amputación de pierna derecha.

Noel Benítez Hernández, de 22 años, migrante hondureño, fue ingresado a hospitalización la mañana del lunes 16 de mayo tras ser arrollado por el ferrocarril.

Fue atendido y requirió cirugía para amputar la pierna derecha, la cual perdió hasta abajo de la rodilla.

El paciente reveló que el día de los hechos viajaba en el tren, unos desconocidos armados lo intentaron asaltar y como no traía nada de valor, le ofrecieron que se integrara a un grupo delictivo.

El migrante se negó a aceptar la propuesta y entonces los desconocidos lo arrojaron del furgón en movimiento, y al caer en las vías del tren las ruedas le cercenaron la pierna derecha.

Dijo el personal de Trabajo Social del Hospital General que ya se habían contactado con la Embajada de Honduras en México, y que les confirmaron que en breve se presentaría un representante para ayudar al paciente.

Eso fue el lunes, y hasta ayer no se había presentado nadie de la Embajada.

En los últimos ocho años, el Hospital General ha atendido a ocho migrantes que han sufrido algún tipo de amputación y su embajada los ha dejado a su suerte.

Varios de ellos permanecen en Saltillo y viven de la limosna de la gente.

También han solicitado apoyo a la Casa del Migrante, donde les dicen que aceptan al paciente pero que ellos no pueden comprometerse a hacerse cargo de sus cuidados.

El Hospital General proveyó la atención médica necesaria y para dar de alta al paciente, se necesita tener a dónde llevarlo y que ahí se responsabilicen de sus cuidados hasta su total recuperación.