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No hay 'tortillazo', dicen industriales del maíz
Ciudad de México.- Industriales de la tortilla negaron que haya un tortillazo a causa de los aumentos en los combustibles, pues las alzas en los expendios son mínimos.
“Los energéticos que más se utilizan en la elaboración de la tortilla son la electricidad, el gas y la gasolina; esta última repercute en todas las demás materias primas que utilizamos”, aunque no de manera significativa, comentó Lorenzo Mejía Morales, presidente de la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías.
En entrevista con MILENIO, explicó que los productores mueven el maíz en camiones y lo llevan a los almacenes, y a su vez los comercializadores lo distribuyen en las zonas de consumo.
En tanto, Greta Villaseñor Flores, directora del Consejo Empresarial de la Industria del Maíz y sus Derivados, apuntó que en cuanto a “todo el conjunto de incrementos que se ha dado en insumos y en materias primas es cierto lo que han dicho algunos secretarios, como José Antonio Meade, que la gasolina no impacta directamente en el costo de producción de la tortilla, pero sí en el costo de distribución”.
Coincidió en que los insumos y las materias primas que se usan para la elaboración de la tortilla se han incrementado, como agua, maíz, harina, gas, energía eléctrica y gasolina.
Argumentó que si “analizamos desde antes del gasolinazo cuánto ha subido el combustible, desde inicios del sexenio ya existía un 30 por ciento de incremento, y se llegó a 46 por ciento acumulado, eso afecta los costos de distribución más marcado porque el incremento no fue gradual”.
Desde 1997 los precios del maíz fueron liberados y su valor está regido por los mercados internacionales, como la Bolsa de Chicago, en la que sí existe una variación de precio que afecta directamente los costos, y la fluctuación del dólar repercute directamente en las bolsas extranjeras.
“Trabajamos con base en el mercado internacional; aquí en México tenemos los dos problemas: la variación del dólar, que afecta el precio del maíz, y la variación de los energéticos, que afecta la logística de la cadena productiva maíz-tortilla, que se reflejan de manera natural en el precio final al consumidor”, explicó Mejía Morales.
Por otra parte, argumentó que las circunstancias económicas son las que te hacen incrementar los precios; “para ser tortillazo tendría que ser un aumento muy significativo, y en la mayoría de las ciudades del país es de un peso”.
Al revisar las cifras oficiales, los costos promedio de la tortilla en el país, que monitorea diariamente el Sistema de Información de Mercados de la Secretaría de Economía, resaltan incrementos de centavos de un mes a otro.
Villaseñor destacó que en Hermosillo, Sonora, ha trascendido mucho que la tortilla está a 20 pesos el kilo, pero la realidad es que todo el año pasado se vendió en 19 pesos, por lo que el incremento es de un peso; no se considera tortillazo, es la parte proporcional de todos los insumos que se tienen.
Mientras que ante las acciones tomadas por la Profeco, los industriales comentaron que es una contestación a lo que se vivió en su momento al liberarse el precio del maíz.
“El procurador Ernesto Nemer sabe que el precio de la tortilla es libre; si compra una botella de agua en varios lugares tiene precios diferentes, eso se llama mercado libre”, resaltó.
INSUMOS Y DIFERENCIAS
En todas las tortillerías utilizan nixtamal y harina de maíz. Las harinas han subido hasta mil pesos, lo que representa 10 por ciento de incremento; el maíz, de diciembre a enero, creció 5 por ciento, el gas 4, la electricidad 4 y la gasolina 16 por ciento, además de las rentas y el salario, que aumentó 3.9 por ciento.
Los insumos que utiliza una tortillería son el maíz —cuyo precio está ligado al mercado de Chicago—, con 50 por ciento; gas y luz, entre 20 y 25; agua, 5; gasolina, 4, y mano de obra, de 10 a 15 por ciento.
Al preguntar sobre la diferencia entre las tortillas del supermercado y las de tortillerías tradicionales, Mejía destacó que la producción es un proceso de nixtamalización y la calidad de la tortilla es diferente; los supermercados las preparan con harinas, por lo que pierden mucho valor nutrimental.
“En los supermercados la tortilla se utiliza como gancho, ya que la ponen hasta el fi nal de los pasillos para que el cliente llene su carrito de productos, así ellos tienen otras ganancias, pero también se han elevado sus precios”, dijo el representante industrial.
Por su parte, Villaseñor destacó que las tortillas de harina tienen componentes químicos, como los hidrocoloides, que sirven para darle suavidad pero la hace más quebradiza, mientras que la nixtamalizada tiene una composición casi perfecta.
“En México la principal fuente de calcio es la tortilla y cuando se combina con una leguminosa o un chile, los nutrientes que contiene son idóneos para un buen alimento”, dijo.