No hay escuela en el ejido El Higo, de Ramos Arizpe

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No hay escuela en el ejido El Higo, de Ramos Arizpe

‘Sacrificio’. Quienes sí estudian se ven en la necesidad de viajar grandes distancias para llegar a la escuela. Fotos: Vanguardia/MARCO MEDINA
Hace cinco años existía una primaria en la comunidad, sin embargo, debido al bajo número de alumnos, la Secretaría de Educación decidió cerrar la escuela. Ahora, los niños tienen que viajar 60 km diarios para poder estudiar

Los niños del ejido El Higo, de Ramos Arizpe, tienen que viajar diariamente 60 kilómetros para estudiar

Un cuarto hecho de ladrillos con las ventanas abiertas, sillas encimadas y material didáctico en abandono, indican que en algun momento fue un salón de clases donde los niños jugaron y gritaron por las ganas de aprender...

Ahora sólo queda un silencio que invade el aula, y los sube y baja que adornan el centro de la comunidad del ejido El Higo en el municipio Ramos Arizpe.

Abandono. Lo que fuera la escuela del ejido El Hijo fue cerrada desde hace cinco años por falta de alumnos... y maestros.

Los servicios básicos como luz, agua y abastecimiento de productos de la canasta básica son lujos que los pobladores del ejido no han tenido ni en sueños, y la educación es un derecho del cual los niños han sido despojados.

Los menores de seis años se ven obligados a estudiar doble al entrar a la Primaria, debido a la falta de docente para poder recibir educación correspondiente a la etapa de Preescolar.

Soledad. Hasta los baños están en ruinas.

PREESCOLAR EN LA LOCALIDAD

El espacio se encuentra en la espera de un héroe que acepte el reto y les brinde educación a la decena de niños que tristes despiden a sus hermanos mayores cada que esperan el transporte que los lleve a la escuela.

Los de Primaria, Secundaria y Preparatoria se ven en la necesidad de levantarse a altas horas de la madrugada para alcanzar el trasporte que pasa a las 06:30 horas y así poder llegar a las escuelas a más de 60 kilómetros de lejanía en los ejidos Mesillas y Paredón.

María Castilla, dueña del único expendio de la comunidad, se levanta a las 05:00 horas para poder prepararle el desayuno a Yajaira, de 15 años que acude a la escuela secundaria al ejido de Paredón. “Me da pena despertarla temprano, pero ni modo, tiene que ir a la escuela, cuando llega cerca de las 05:00 de la tarde toda cansada, hace la tarea y se duerme de nuevo, casi no tiene vida”

El cansancio y sacrificar horas de entretenimiento no limitan a Yajaira, pues su mayor sueño es ser maestra y poder dar clases a los niños del ejido que tienen que aprender de los hermanos para no reprobar la Primaria por la falta de educación.

Hace cinco años existía una primaria en la comunidad, sin embargo, debido al bajo número de alumnos, la Secretaría de Educación decidió cerrar la escuela, comentó con gran pesar y melancolía María, quien observa desde su expendio a dos niños que juegan a lo lejos.

Sin educación. Una decena de niños no estudia.
Huellas. Aquí alguna vez hubo una escuela.

‘QUE ABRAN LA ESCUELA’

VANGUARDIA acudió a la escuela primaria “Emilio Zapata”, del ejido Mecillas, ubicada a 30 minutos de la comunidad, donde tuvo la oportunidad de platicar con un par de niños que pide al Gobierno abra de nuevo la escuela, pues es muy difícil madrugar.

“Que lleguen de nuevo los maestros a la escuela, me tengo que levantar temprano para llegar a clases, casi no veo a mis papás y hay niños que no pueden venir porque no los dejan”, manifestó una alumna.

La falta de población infantil es evidente al entrar a la comunidad, los juegos infantiles poco se usan pues los niños llegan cansados luego de una larga jornada en la escuela.