No ha lugar
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No ha lugar
Los partidos son cómplices de lo que pasa, las elecciones en el Estado de México fueron descritas como “elección de estado” por el PAN, el PRD y Morena.
El Instituto Nacional Electoral (INE) rechazó las quejas sobre las elecciones en el Estado de México ratificando, así, el guión que seguirán las elecciones presidenciales de 2018 (Coahuila sigue pendiente).
En 1910 Francisco I. Madero perdió a la mala y Federico González Garza reunió en 600 páginas la evidencia de que en el proceso se había desplegado “toda la obscura gama del fraude”. El maderismo presentó ese texto, conocido como Memorial del fraude, ante el INE de entonces (la Cámara de Diputados) para solicitar la nulidad de las elecciones. Le respondieron con las tres palabras que se convertirían en lugar común en los comicios competidos: “no ha lugar”.
En 1988 Cuauhtémoc Cárdenas escribió al presidente de la Suprema Corte para denunciar las “innumerables irregularidades” y el “escandaloso dispendio de fondos públicos” observados durante la elección presidencial de aquel año. Le pidió a la Suprema Corte investigar los hechos; revisaron la solicitud y al cuarto día respondieron “no ha lugar”.
En 2017 el INE se negó a revisar a fondo las irregularidades cometidas en el Estado de México. Entre los ejemplos estaría la queja presentada por Ahora. El INE se tardó 30 días en admitirla para luego rechazarla sin haber llevado a cabo una “investigación exhaustiva”, con lo cual “renunció a ejercer las facultades y atribuciones que la Constitución y la ley le confieren” (cito documento de AHORA).
Lo anterior significa que entre 1910 y 2017 el árbitro electoral solo ha tenido mayor autonomía nueve años (de 1994 a 2003). El INE actual regresó a las andadas y asumió sin pestañear la condición de vasallo de partidos y gobernantes; en el Estado de México se doblegó ante el PRI. Lo más preocupante de esa situación es la actitud fatalista y de resignación observable en nueve de los once consejeros.
En la tarde noche de las pasadas elecciones, el consejero Benito Nacif fue entrevistado en un programa de televisión. Los conductores le enumeraron las irregularidades que habían sido reportadas por los medios; Nacif respondió calificándolas como “algo normal”. La frase es otra forma de reconocer que ellos llegan hasta donde los partidos los dejan. Eso se confirmó cuando supimos que el funcionario del INE encargado de fiscalizar a Alfredo Del Mazo, había trabajado con… Del Mazo.
Los partidos son cómplices de lo que pasa. Las elecciones en el Estado de México fueron descritas como “elección de estado” por el PAN, el PRD y Morena. A los pocos días olvidaron el calificativo y dedicaron su energía a pensar en los cargos que disputarán en 2018. El PAN y PRD coquetean con una alianza y Morena de Andrés Manuel López Obrador tiene como prioridad absoluta ganar la presidencia.
En una entrevista concedida a René Delgado y Guadalupe Irízar en Reforma, Andrés Manuel compartió diagnóstico y pronóstico. Tiene razón cuando dice que “la gente está harta del PRI y del PAN, y quiere un cambio verdadero”. Peca de optimismo al anticipar una victoria para Morena de “10 a 15 por ciento de ventaja”. Quizá tiene razón, pero ¿y si la elección se cierra por la suma de irregularidades?, ¿y si el INE responde con un “no ha lugar” a las quejas que presente su partido?
Me interesa, por supuesto, quién será el que gane, pero me importa muchísimo más la manera en cómo lo hará. Formo parte de esa ciudadanía deseosa de elecciones limpias y confiables; de un INE sin cuotas ni cuates. El “cambio verdadero” debe empezar ya. Por ello es que comparto las peticiones que acaba de hacer AHORA, en particular el llamado a una limpieza en el INE; los consejeros deben ser sustituidos porque los actuales no garantizan elecciones libres y confiables.
¿Es reformable el INE? Algunos lo creen y llaman a fortalecerlo. Yo creo que es una institución sin remedio porque está secuestrada por los partidos y en especial el PRI. Corresponde al INE de Lorenzo Córdova demostrar que quiere y puede levantar muros de contención a la compra del voto pobre, al derroche de recursos públicos, a la intervención del crimen organizado. Al día de hoy prefiero que salgan, a esperar que nos dejen el cochinero de unas elecciones trucadas. Renovarlo abriría espacios de esperanza. Mantenerlo en su estado actual es confirmar que es uno de los principales peligros para México.
Twitter: @sergioaguayo
Colaboró Zyanya Valeria Hernández Almaguer