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#NiUnPasoAtrás

“Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no ayudan a otras mujeres” 
—Madeleine Albright. 

¿Por qué cuando un hombre surge desde una condición humilde y escala hasta el éxito es respetado y es considerado un ejemplo de lucha, mientras que algunas mujeres, en la misma situación, son juzgadas e incluso se duda de su calidad moral? 

Seguramente han escuchado con frecuencia: “¿Cómo fue que llegó ahí si sólo era…? Seguro tuvo que hacer ‘otras cosas’ para estar en esa posición. Pero si ella era sólo una simple…”. Las descalificaciones abarcan desde “trepadora, prostituta, arribista, corrupta, amante de…” y más. Pero lo peor que nos puede pasar a las mujeres es que estas opiniones surgen también de nuestras mismas compañeras. 

En nuestro país y en nuestra Ciudad hemos avanzado significativamente en los últimos 20 años, en la defensa de los derechos de las mujeres y contra actos de violencia. Sin embargo, existe un importante rezago y una muy visible violencia política de género. 

Hace unos días conmemoramos 63 años de que se reconocieron los derechos políticos de la mujer mexicana. Desde mi experiencia en el ejercicio de la política sé que esto no sería posible sin reconocer a cientos de mujeres que, desde los primeros años del México independiente, impulsaron una participación activa en la vida pública de nuestra nación. Lo que significa que las mujeres siempre hemos estado presentes en el ejercicio de hacer política. 

Han pasado casi 63 años desde que se modificó el texto del Artículo 34 Constitucional, para reconocer en los hombres y mujeres la ciudadanía y absoluta libertad para el ejercicio de nuestros derechos, y desde entonces sólo 7 mujeres han sido gobernadoras en nuestro país, y actualmente son ocupados por mujeres 42.5% de las curules en la Cámara de Diputados y 34.4% de los escaños en el Senado. 

Y más grave aún, en pleno siglo XXI en nuestra ley no se ha catalogado o tipificado la modalidad de violencia política de género. ¿Qué estamos esperando, es necesario escuchar más casos como el de Gisela Mota, asesinada un día después de haber tomado protesta como alcaldesa de Temixco? 

He hablado con compañeras de otros partidos, concluyendo que hoy más que nunca existe una violencia política en contra de las mujeres que aspiran a un puesto de elección popular. Esto lo percibo en espacios tan abiertos como las redes sociales, cuando mi historia de vida —como mamá después de muchos años de espera— y de trayectoria laboral como sobrecargo, legisladora, en algún momento candidata, y funcionaria pública, se convierten en un arma de desprestigio. Y lamentablemente, como yo, hay muchas políticas que son sometidas al mismo trato. 

¿Qué pasaría si hubiera más mujeres en la política, las cosas cambiarían, se detendría la violencia femenina, habría acciones más contundentes? 
El pasado 6 de abril tuve el honor de ser convocada por EL UNIVERSAL, al encuentro 100 Mujeres Líderes y coincidimos en que el liderazgo de las mujeres tiene la capacidad de transformar positivamente la vida del país. 

Las mujeres de hoy tenemos la obligación de seguir abriendo camino a quienes vienen detrás. No podemos dar un paso atrás. Debemos empoderar a nuestras niñas con educación, capacitar a las mujeres, debemos abrir espacios que incluyan a hombres y mujeres para luchar por una equidad sustantiva, y tenemos que hacer valer de manera efectiva las leyes que ya existen para nuestra protección y desarrollo. 

Las mujeres debemos ser las primeras en dejar atrás los prejuicios que durante años nos causaron tanto dolor y daño, para avanzar sin ideas preconcebidas y así eliminar obstáculos que no nos permiten seguir creciendo. 

Como mujeres políticas nuestro compromiso es profesionalizar a quienes están por alcanzar un puesto público, para aumentar sus oportunidades de éxito y de un verdadero 50-50 en los cargos públicos, porque sabemos que nuestra participación impulsa el desarrollo y mejora la calidad de vida de todas las familias. 

Hago un llamado de unidad y acción a todas las mujeres que nos encontramos en un cargo público a no dar #NiUnPasoAtrás. 

Twitter: @Ale_BarralesM 
www.alejandrabarrales.org.mx
(Secretaria de Educación de la Ciudad de México)