Saltillo.- El doctor Carrillo explicó que, basándose con los pacientes que ha tenido el Hospital Universitario, se ha comprobado que las personas mayores que logran llegar a su peso ideal, tienden a ser víctimas del llamado “rebote”. 

Por el contrario, si la obesidad se corrige antes de la adolescencia, los niños atendidos serán adultos sanos. 

Indicó que el Hospital Universitario ya rebasó la cifra de 100 niños atendidos con el programa que tienen para combatir el sobrepeso. 

Entre los resultados que han obtenido, explicó el doctor, están que, en promedio, se pierden tres o cuatro kilos a lo largo de todo el programa, es decir, el niño prácticamente corrige su sobrepeso. 

Con esto, el menor aumenta su aprovechamiento escolar, aumenta su autoestima y se mantienen en un proceso de actividad física en forma permanente, aunque ya no estén dentro del programa, no obstante, estos primeros niños que terminaron siguen siendo evaluados. 

Carrillo González informó que se han enfrentado a un problema con los adultos que atienden, debido a que después de un año que un adulto se pone en dieta, generalmente recupera el peso ideal, y en 2 años, el 95 por ciento de las personas recae. 

“Parece ser que en los niños no va a ser así, puesto que ya estamos sobrepasando el año en los primeros niños que pusimos en el programa y la mayoría de ellos no lo han recuperado”, dijo. 

“Seguimos sosteniendo esta teoría de que cuando un niño, antes de la adolescencia, corrige su peso, será un adulto sano, y si pasa la adolescencia y llega a la edad adulta con sobrepeso, se convierte en enfermedad crónica e incurable, la persona estará sujeta a padecer obesidad el resto de su vida”, aseveró. 

LAS CAUSAS 

Señaló que esto sucede debido a que hay un cambio en el funcionamiento del organismo, pues las células grasa, llamadas adipocitos, aprenden a trabajar de una manera que después no cambia. 

Añadió que la memoria que hacen los adipocitos se genera desde los primeros días de su formación dentro de la madre, por eso es importante la alimentación que ésta tenga, así como el peso que el niño tenga al nacer. 

Además, la mejor intervención que los padres pueden hacer, y que es fundamental, es la alimentación de los primeros meses de vida, “por eso la insistencia de las organizaciones internacionales de que sea la lactancia materna exclusiva, para que estas células queden programadas en una actividad sana y no tendiente a la obesidad”. 

Finalmente, dijo que lo mismo pasa con las personas que son muy delgadas. Cuando las células aprenden a eliminar rápidamente la grasa y a no almacenarla, la persona será delgada el resto de su vida, muchas veces a pesar de que tenga desórdenes alimenticios.