Georgia, Estados Unidos.- Una pequeña de tan solo 12 años de edad murió de un ataque cardíaco relacionado a una fuerte anemia el pasado 26 de agosto en Georgia, Estados Unidos. Su fallecimiento supuestamente se dio tras estar infestada por piojos que le chuparon la sangre durante tres años.

Un tribunal escuchó la versión que señala como posibles responsables a Mary Katherine "Katie" Horton, de 37 años, y Joey Yozviak, de 38, padres de Kaitlyn Yozviak, quien tenía niveles de hierro muy bajos en la sangre y según investigadores podría ser por la picadura de los insectos.

La adolescente creció en una casa llena de gatos, heces, piojos y otros animales, según el testimonio del agente especial Ryan Hilton, que también consideró el caso como la peor negligencia que había apreciado en su existencia. Los presuntos responsables podrían enfrentar cargos de asesinato, hasta el momento solo se les mandó a juicio.

Al momento de nacer Kaitlyn estuvo cerca de ser dada en adopción, pues sus padres fueron acusados ante los los servicios sociales, sin embargo después de un proceso investigativo ellos permanecieron con su custodia.

Los expedientes de la División de Servicios para Familias y Niños de Georgia documentan cómo los dos hermanos de la menor fueron sacados de la casa de Horton y Yozviak a causa de que vivían en condiciones insalubres.

En 2018 los servicios sociales recibieron la primera denuncia hecha por vecinos, que aseguraban, la vivienda familiar estaba infestada de insectos, vivían demasiados gatos y los niños convivían en condiciones de salubridad peligrosas.

Esa ocasión la hoy occisa fue a casa de una tía durante seis días, para después volver con sus papás, desde entonces los acusados no tuvieron contacto con las autoridades hasta el terrible desenlace.

El cuerpo sin vida de la adolescente fue encontrado cerca de un colchón cubierto de alimañas, mientras que la madre dijo a los investigadores que su hija no se había bañado en la semana y media antes de perecer, según información de WMAZ.

Vecinos de la zona declararon a los investigadores que no habían visto a Kaitlyn jugar durante un mes y medio aproximadamente, posible señal de que se encontraba enferma y débil como para salir.

Las autoridades infantiles en Estados Unidos sacaron del hogar a los hermanos de la niña, mientras que los presuntos responsables fueron retenidos sin derecho a fianza hasta la próxima audiencia.